Una semana del atroz crimen machista del Paseo Zorrilla: la crueldad de David Maroto y el dolor de dos familias destrozadas

Valladolid se despertaba hace justo una semana con el trágico asesinato machista en una vivienda familiar del Paseo Zorrilla con la muerte de una madre y una hija a manos, presuntamente, del novio de la progenitora. La Delegación del Gobierno en Castilla y León informaba a primera hora del pasado lunes de un «supuesto» asesinato en Valladolid de una mujer y de su hija de 8 años. La Policía Nacional confirmó que a las 03.12 horas de la madrugada del 23 de enero, una persona había llamado al 1-1-2 de que su cuñado se había puesto en contacto con él para contarle que había matado a su novia.

En un primer momento, el familiar del supuesto asesino, aportó un domicilio donde podían vivir, aunque no confirmó que estuvieran allí. Rápidamente, se desplegaron varias patrullas policiales hasta la vivienda situada en el Paseo Zorrilla 66 y a su llegada, los efectivos se encontraron con la puerta cerrada, imposible de acceder y en su interior no contestaba nadie. En ese momento, la Policía decidió alertar a los familiares de la mujer que presuntamente había sido asesinada por su pareja ya que varios de estos vivían en el mismo edificio. «No encontramos a Paloma», alertaron los policías.

Una vez que los familiares se personaron en el lugar, intentaron entrar a la vivienda con una llave pero sin éxito ya que había otra llave puesta en la cerradura por dentro. En ese mismo momento, la Policía dio el aviso a los Bomberos de Valladolid que lograron acceder a la vivienda por la ventana en un quinto piso y allí se toparon con la desgracia ante sus ojos. La alerta del supuesto asesinato era real. En el interior del domicilio yacía el cadáver de Paloma en la cocina con varias puñaladas en zonas vitales. Lo que nadie se esperaba es que también en dicho inmueble se encontraba una segunda víctima mortal, la hija de Paloma de 8 años, cuyo cuerpo se encontraba tumbado en el sofá con fuertes heridas por arma blanca, como reveló días más tarde la autopsia.

Además, de los cadáveres de estas dos mujeres, en el quinto piso de esta vivienda familiar se toparon con el presunto autor del doble crimen machista, David Maroto, situado justo al lado de su novia asesinada con cortes y una puñalada por arma blanca en un estado seminconsciente, pero aún con vida. Ya de un primer vistazo, los agentes descubrieron que las heridas que presentaba el varón de 44 años eran compatibles con habérselas infringido él mismo, al contrario de las heridas mortales que presentaban los cuerpos de madre e hija.

DETENCIÓN DEL PRESUNTO AUTOR

El intento de suicidio del presunto asesino machista fue abortado por los agentes de la Policía Nacional que no dudaron en detener a David M.L. como autor de los hechos. Este no pronunció palabra en el momento de la detención, guardaba silencio, mientras era trasladado en calidad de detenido por un doble asesinato hasta el Hospital Clínico de Valladolid donde horas más tarde fue intervenido quirúrgicamente por su puñalada en el pecho.

Mientras tanto, los agentes policiales localizaron en el interior de la vivienda de madre e hija dos cuchillos de grandes dimensiones con restos de sangre, que serían supuestamente las armas con las que David acabó con la vida de su novia y de la hija de esta, y posteriormente, tratar de hacer lo propio con él mismo. Posteriormente, los servicios forenses levantaron los cadáveres para trasladarlos al anatómico donde se realizaron las respectivas autopsias a las dos mujeres.

Cabe destacar que los informes forenses apuntan a que madre e hija fueron asesinadas varias horas antes de la llamada de confesión del asesino a su hermana con une mensaje atroz «He matado a Paloma», palabras que la familiar no pudo ni escuchar y le pasó el teléfono a su marido quien escuchó realmente la confesión del asesinato a manos de su cuñado. David Maroto habría acabado con la vida de su novia y de la pequeña de 8 años en la noche del domingo entorno a la hora de la cena y se desconoce lo que sucedió en esta línea temporal hasta que el varón desveló los trágicos hechos que cometió en la casa de Paloma.

Una gran expectación rodeaba el portal de la céntrica avenida de Valladolid donde nadie se creía lo que horas antes había ocurrido. Desgraciadamente, era el tema de conversación entre los vecinos y los comerciantes del Paseo Zorrilla. Con un nudo en la garganta, muchos de ellos, comenzaron a contar cómo era la vida de la madre e hija, ambas conocidas en la zona por tener buena relación con los hosteleros de la zona y otras vecinas de viviendas aledañas que con lágrimas en los ojos solo tenían buenas palabras hacia ellas.

«Era una chica muy conocida y querida en la zona, siempre tenía una sonrisa», contaban algunas conocidas de Paloma. Por su parte, uno de los camareros de la cafetería justo debajo de la vivienda donde ocurrieron los atroces asesinatos afirmaba que conocía a ambas porque «solían acudir a menudo a tomarse un café y a comprar chuches para la niña». Del presunto autor del crimen poco se sabía en ese momento más allá de que era el novio de Paloma desde hace poco y que venía a recogerlas a menudo con su coche. Nadie podía ni imaginarse lo que a David se le pasó por la cabeza para asesinar a sangre fría a ambas mujeres.

INDIA, ESE ANGELITO DE 8 AÑOS

Eran las 12.00 horas del lunes 23 de enero cuando la Delegación del Gobierno en Castilla y León convocó un minuto de silencio -que se repitió también en el Ayuntamiento, Diputación o Junta-, por las dos víctimas machistas. Todo el foco en ese momento estaba puesto en la delegada autonómica a la espera de novedades. Virginia Barcones no aportó muchos más datos del crimen sucedido en el Paseo Zorrilla que el comunicado emitido horas antes por su gabinete de prensa, aunque cuando pronunció el nombre de ambas asesinada, Paloma -la madre de 45 años- e India -la menor de 8 años-, el corazón de todo el mundo se encogió en un puño.

«India, ese angelito de 8 años», asesinada por el novio de su madre, se convertía en la primera menor víctima mortal desde que existen registros, mientras que el caso de Paloma ha sido la sexta mujer asesinada en lo que va de 2023 a manos de su pareja o expareja. El crimen machista teñía de luto Valladolid, Castilla y León, y España por la dureza del presunto asesino. La hermana y la tía de las fallecidas, María Pinedo, llena de rabia y dolor, comenzó en la tarde de ese lunes negro una guerra contra el asesino David Maroto difundiendo su imagen a través de las redes sociales y con claros ataques de ira e insultos contra su excuñado.

La familiar desveló que el autor del doble crimen machista sufría adicciones con el alcohol y las drogas, una problemática que Paloma se había implicado en los últimos meses para sacarle de ese agujero de vicios. Asimismo, los familiares de las fallecidas tachaban a David M.L. de ser un sujeto «embaucador» y «mentiroso» ya que ocultó a su pareja que tenía una denuncia previa de su exnovia por violencia de género en 2017, aunque salió absuelto porque la mujer no declaró finalmente contra él en el juicio.

El Paseo Zorrilla se volvía a congelar en la mañana del miércoles 25 por la muerte de dos de sus vecinas, Paloma e India, que ese día recibieron su sepultura cristiana con un multitudinario funeral en la Iglesia Inmaculada Concepción, concretamente, enfrente de la que era su casa y donde ocurrieron los trágicos asesinatos. El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, fue el encargado de oficiar la misa donde dejó claro que «la muerte provocada no puede ser nunca solución a problemas o conflictos». Los cuerpos de madre e hija fueron enterrados en el cementerio de El Carmen ya en un momento más íntimo para la familia y seres más cercanos de las víctimas.

«¡ASESINO!»: PRISIÓN PARA DAVID MAROTO

Después de cuatro días ingresado en calidad de detenido en el Hospital Clínico de Valladolid recuperándose de sus autolesiones con un cuchillo, David Maroto se enfrentaba por primera vez a una declaración por los hechos que presuntamente había cometido en el domicilio de su novia en el Paseo Zorrilla. Los familiares de las dos mujeres asesinadas aguardaban a las puertas de los juzgados de Valladolid donde a la llegada del supuesto asesino recibió todo tipo de insultos lo que obligó a desplegar un dispositivo policial en la zona para tratar de tranquilizar a los allegados de Paloma e India. Entre los allí presentes se encontraba el padre de India que trató de parar el furgón donde iba David al grito de «¡Es el asesino de mi hija!».

Durante hora y media, David Maroto tuvo su cara a cara con el juez de Violencia de Género, donde previamente conoció a su abogada de oficio, aunque optó por acogerse a su derecho de no declarar y no contar absolutamente nada. «No recuerdo lo sucedido» fueron las únicas palabras que salieron de su boca hacia la que es su letrada, la única persona que a día de hoy permanece al lado de este vecino de Tudela de Duero que recibió incluso el rechazo de su propia familia con el comunicado que emitió pidiendo «perdón» por los actos de este y condenando lo sucedido. David Maroto ha ingresado por petición del juez en el Centro Penitenciario de Villanubla de manera provisional y sin fianza hasta la celebración del juicio.

El presunto asesino durante estos primeros días entre rejas está bajo una vigilancia especial por el protocolo anti suicidios de la prisión y no se descarta su traslado a otra cárcel de Castilla y León por la seguridad de éste ante los presos. Además, según destacó el juez en el auto, el crimen cometido contra Paloma e India presentó una «especial brutalidad» hacia las víctimas y sumado al riesgo de fuga, David Maroto Lentijo podría enfrentarse a una pena de prisión permanente revisable por el delito de doble asesinato.

Precisamente, esta pena es la principal batalla que les quedan a los familiares de madre e hija asesinadas cruelmente en su vivienda. El próximo domingo 5 de febrero se ha convocado una manifestación en la Plaza Mayor de Valladolid para pedir justicia por Paloma e India y la prisión permanente para su asesino. En este sentido, la familia de las dos mujeres asesinadas hacen un llamamiento para que todos los vallisoletanos se acerquen hasta el centro de la ciudad para acompañarles en esta dura lucha y arroparles por los trágicos asesinatos sucedidos hace exactamente una semana.