Un triste historial negro en Valladolid: 9 crímenes en dos años, 7 de los asesinados en el último mes y medio en diferentes puntos de la provincia

Valladolid ha sufrido un mes y medio negro a lo largo del verano en varios puntos de la capital y provincia. Aún con el caso de Esther López sin resolver desde principios de este año y el asesinato del joven David en Laguna de Duero en 2020, se suman otros 7 crímenes acontecidos entre finales de junio y agosto. A pesar de que la provincia de Valladolid siempre ha liderado los ránkings de las ciudades más seguras de España, en esto últimos meses, sus índices de criminalidad han alcanzado cifras comparables a las de las grandes urbes de nuestro país.

Precisamente, en los últimos días, Valladolid ha vivido un episodio que ha dejado una historia negra en la capital, en el barrio de La Rondilla. Tres personas fueron localizadas sin vida, en sus domicilios de la calle Linares y Marqués de Santillana, todos ellos envueltos entre llamas, y con signos de violencia en dos de los cuerpos. Este triple crimen se ha cobrado una cuarta muerte, la del presunto asesino de los tres vecinos de La Rondilla. A.Y. de 43 años se ahorcó en la tarde de este miércoles en su celda de la prisión de Villanubla tras asesinar a su pareja, una mujer de 54 años, a su suegra de 78 y a un varón de 72 con el que tenía previo contacto, para posteriormente, prender fuegos a sus cadáveres.

La Rondilla se ha visto envuelta en los últimos días en tres crímenes que se produjeron el pasado sábado 13 de agosto alrededor de las 16.30 horas. Unas horas de incertidumbre y nervios en busca del presunto homicida que fue descubierto en la calle Góngora por los agentes policiales horas más tarde tras agredir a dos matrimonios de avanzada edad en sus respectivos domicilios en los que pretendía robar. La investigación del triple crimen de La Rondilla continúa abierta para esclarecer los hechos y saber qué llevo a A.Y. a matar a estas tres personas, al igual que se buscan respuestas en el centro penitenciario para conocer las circunstancias del suicidio del detenido ya que se encontraba en periodo de observación y no se le activó el dispositivo de anti suicidios por haber estado preso anteriormente.

Sin ir más lejos, en este mismo barrio vallisoletano a finales de junio se vivió otro dantesco episodio con la muerte de una madre a manos de su hijo de 16 años. El suceso se produjo a las 18.45 horas en la calle Siglo de Oro cuando el menor acuchilló a su madre de 50 años y confesó el crimen a una amiga de Barcelona quien fue la que alertó al 112 de lo ocurrido en la vivienda familiar. Un hecho que sobrecogió a todos los vecinos y vallisoletanos al tratarse de un matricidio.

Horas más tarde, y aún con el crimen del matricida en la cabeza, la localidad de Santovenia de Pisuerga vivía la muerte de dos personas y un secuestro que inquietó a toda España. Un hombre de 45 años y el teniente coronel de la Guardia Civil Pedro Alfonso Casado ‘Perico perdían la vida por un disparo a manos de ‘El Chiqui’, otro vecino de Santovenia que sembró el pánico atrincherándose en una vivienda de la calle Alfredo Martín. Tras más de 10 horas de negociaciones con el asesino, éste liberó al rehén que retenía contra su voluntad. Este doble asesino se encuentra en prisión acusado de asesinato, atentado, detención ilegal y tenencia ilícita de armas.

A principios de este mes, el pasado 1 de agosto, La Cistérniga se despertaba con el asesinato de un joven de 25 años por un disparo en el tórax con arma de fuego en las inmediaciones del antiguo mesón La Tía Pepa a las afueras del municipio. En un principio, las informaciones de la Delegación del Gobierno apuntaban a que era un joven de nacionalidad portuguesa del que se desconocía su vinculación con La Cistérniga. Aunque posteriormente, y tras la realización de la autopsia, salió a la luz que el joven asesinado era realmente un joven vallisoletano de 27 años y que en el momento de su asesinato portaba documentación falsa porque estaba en busca y captura por un delito de inducción a la prostitución por tener retenida a una mujer ucraniana de Aranda de Duero (Burgos).

Con todos estos crímenes sobre la mesa, los investigadores de la Guardia Civil siguen tratando de resolver los casos de Traspinedo y Laguna de Duero. En el crimen de Esther López, las últimas informaciones apuntan a que la joven de 35 años fue atropellada por un turismo en la misma noche en la que desapareció. Óscar S., amigo de la fallecida, es el principal sospechoso de la muerte, aunque hasta el momento, la jueza que instruye el caso considera que no tiene «pruebas suficientes» para incriminar al investigado. Por otro lado, ya son más de 2 años desde que David Hernández, un joven de 18 años, perdiera la vida en pleno confinamiento, el 16 de abril de 2020, tras recibir varios golpes y patadas en órganos vitales en la calle, y por el momento, la Guardia Civil no ha dado con los presuntos culpables de la paliza mortal a este joven.

En todo este clima de crímenes y muertes, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, reconocía hace unas semanas que Valladolid acumula una serie de «desgraciados y desafortunados sucesos» pero mantenía que sigue siendo una de las provincias más seguras de España. Unas declaraciones que la propia Barcones realizó tras el asesinato de La Cistérniga el pasado 1 de agosto sin conocer aún que una docena de días después, un hombre iba a acabar con la vida de 3 personas en la capital vallisoletana y que dos jóvenes de 16 y 18 años iban a sufrir una agresión sexual durante las fiestas de Simancas.