La Policía Científica inspecciona los escombros de la calle Goya: «Tienen sus líneas de investigación y algunos indicios de lo que pudo suceder»

Las causas de la explosión en el edificio número 32 de la calle Goya está aún por esclarecerse. Los investigadores de la Policía Científica trabajan para determinar las circunstancias de la deflagración en el 1ºC que se cobró la vida de Teresa B., la mujer de 53 años que residía en ese domicilio y que hizo saltar por los aires el resto de viviendas del inmueble. Se cumplen diez días desde que la tragedia inundara al barrio vallisoletano de La Farola que siguen todavía con las cicatrices abiertas por el estruendo que despertó a toda la ciudad aquella noche del 1 de agosto. Desde entonces, los técnicos del Ayuntamiento de Valladolid y operarios de la empresa Ezgonsa están trabajando en las tareas de apeo y apuntalamiento de la estructura del bloque 32 que ha quedado muy dañada por la terrible explosión.

El concejal de Urbanismo y Vivienda de Valladolid, José Ignacio Zarandona, ha atendido a este medio de comunicación para detallar los trabajos que se están desempeñando así como los próximos pasos que se darán para el acceso a las viviendas por parte de los vecinos afectados. El edil visita cada día el edificio siniestrado y está en constante contacto tanto con las familias como con los técnicos e investigadores que tratan de determinar lo ocurrido. «Aunque parece que se va lento porque a todos nos gustaría que las cosas fueran más deprisa, los trabajos se están desarrollando al ritmo que se debe con la precaución y la prudencia indicada», apunta José Ignacio Zarandona. Precisamente, la ultima reunión que ha mantenido el concejal junto a los técnicos a pie de obra ha sido este miércoles 9 de agosto donde se definió el diseño de los elementos metálicos que van a ser los soportes, es decir, los apeos de la estructura dañada, «y ahora esas estructuras se tienen que realizar en un taller para que puedan ir a obra».

Por otro lado, también se subcontrató a un derribista especializado para poder hacer la demolición compleja de los voladizos de la balconada corrida con el resto del forjado que ha quedado en el interior y quitar unos faldones que están cortados de las vigas, «todo ello junto con el servicio de prevención de riesgos laborales para que el derribo parcial se desarrolle con todas las medidas de seguridad para los operarios». En la mañana de este jueves también se ha procedido a llevar unos camiones de arena para echarla sobre la acera y calzada, «de tal manera que pueda amortiguar el golpe de los escombros que puedan caer al ser demolidos, y ya mañana se podrán comenzar sin más dilación las actuaciones». A pesar de que el aspecto ruinoso que presenta en gran parte el inmueble 32 de la calle Goya, desde el Ayuntamiento de Valladolid ya apuntaron que había parte de la estructura que se podría salvar con actuaciones urgentes que días tarde fue corroborado por el informe de la empresa Incidec sobre la valoración de la estabilidad del edificio. «Hay varias viviendas habitables, sobre todo la mitad del edificio de la zona izquierda de la fachada mirada de frente», reconoce Zarandona en una entrevista a Valladolid Plural.

Sin embargo, la intervención más urgente es eliminar los elementos «que preocupan por su estabilidad en el voladizo de la fachada en la parte derecha y ya podremos entrar al interior». El concejal de Urbanismo apunta que hay que tratar de una manera «muy especial» los escombros que están en las zonas más sensibles, como los restos del forjado que se vino abajo sobre la planta baja de la vivienda donde se estima que fue el origen de la explosión así como donde apareció la fallecida porque todavía esos escombros tienen que ser revisados por la Policía Científica. Los investigadores siguen trabajando en el origen y causa de la explosión de la calle Goya de Valladolid, y en este momento, desde el Ayuntamiento siguen instrucciones para que durante los trabajos no se alteren ciertas partes dañadas y «cualquier movimiento en zonas sensibles se lo tenemos que comunicar para que ellos estén presentes». «Ellos tienen sus líneas de investigación, algunos indicios de lo que pudo suceder realmente en la noche del 1 de agosto, pero hasta que no cierren todos los aspectos, confirmen los extremos que sean necesarios, y elaboren el informe final no sabremos con exactitud cuales son las circunstancias», reconoce.

Más allá de lo que realmente pudo ocurrir para que el portal 32 de la calle Goya explosionara de manera trágica, la preocupación en estos momentos se centra en las 18 familias que se han quedado sin hogar y cada una de ellas con «circunstancias y necesidades muy diversas». José Ignacio Zarandona recuerda que desde la Concejalía de Servicios Sociales están dado respuestas individuales para ofrecerles una solución de manera temporal e insiste que las familias se deben poner en contacto con los seguros para que se hagan responsables puesto que está dentro de sus competencias los realojos necesarios. Para ello, el Ayuntamiento ha elaborado una guía para resolver las dudas que tengan los afectados con sus compañías aseguradoras, y a través del Consistorio se ofrecerá asesoramiento por si cualquier persona tiene problemas con el seguro. «Algunas de las viviendas afectadas puede que apenas requieran intervención salvo que se hayan perdido enseres personales o mobiliarios», remarca el edil vallisoletano.

Desde hace diez días, la sensación de incertidumbre y el nerviosismo se siente en toda la ciudad de Valladolid, y sobre todo en el pequeño barrio de La Farola, como principal afectado, y es que en los últimos días han ocurrido hasta dos «falsas alarmas» por olor a gas que ha obligado a movilizar varios dispositivos de Bomberos y Policía. Evidentemente, esas alarmas no ocurrieron y es fruto del miedo que algunos vallisoletanos sufren porque les ocurra una desgracia de ese tipo en sus casas. Ante ello, Zarandona reacciona asegurando que «cuando hay una circunstancia como esta, todo el mundo se alarma y piensa que puede ocurrirle algo similar creándose una especie de psicosis o alarma general. En este sentido, yo apelo a la tranquilidad puesto que estas circunstancias que han ocurrido son absolutamente excepcionales. Estos dramas sacuden de manera muy fuerte a toda la sociedad pero hay que llamar a la prudencia».

El concejal de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid, José Ignacio Zarandona, llevaba tan solo mes y medio en el cargo cuando ocurrieron estos trágicos hechos. Una situación que ha tenido que vivir de lleno de manera profesional y personal por la relación que tenía con el barrio. Él mismo nos cuenta que «uno nunca espera tener que enfrentarse a algo así, es un escenario que jamás había contemplado. Ha ocurrido en un momento en el que todavía nos estábamos haciendo cargo del funcionamiento general de la Concejalía, personal, obras en marcha y futuras. Eso era el trabajo hasta que llega una circunstancia así que nadie quiere vivir». Además, Zarandona se sincera y reconoce que también le ha afectado en lo personal puesto que es vecino del barrio y vive a escasos minutos de la zona de la explosión.

«Lo he vivido desde el instante cero con el dolor de ver que muchos de los vecinos afectados de la calle Goya, que son prácticamente personas conocidas, e incluso, algunos amigos. De hecho, la hija de la fallecida la conozco desde hace muchos años, conocí a su padre que falleció también de una manera inopinada hace año y medio, y luego ha vivido esta desgracia a mayores. Es un drama mayúsculo para la familia y también para todos los vecinos del barrio puesto que nos conocemos todos y nos saludamos por la calle. En definitiva, esto me ha hecho implicarme de una manera mayor, pero lo hubiera hecho de todas formas y las actuaciones que se desarrollen a partir de ahora corresponden a la empresa, aunque no obstante desde el Ayuntamiento estamos pendientes de echar una mano en todo lo que se pueda», concluye.