El Juzgado de Instrucción que investiga la explosión de la calle Goya de Valladolid baraja un accidente como principal hipótesis de los hechos que se produjeron en la noche del pasado 1 de agosto. A pesar de que la investigación por parte de la Policía Científica todavía está abierta, algunos indicios apuntan a que la terrible explosión pudo ser accidental, descartándose así un intento de suicidio o un homicidio. La explosión que se originó en el número 32 de la calle Goya de la capital vallisoletana se cobró la vida de una mujer de 53 años y doce personas resultaron heridas, dos de ellas graves, aunque afortunadamente se encuentran recuperándose de sus lesiones sin problemas.
El Ayuntamiento de Valladolid se encuentra en permanente contacto tanto los investigadores como con las familias afectadas del bloque de viviendas siniestrado facilitándoles los trámites con los compañías aseguradoras, y proporcionándoles alojamientos temporales. Según ha explicado el concejal de Urbanismo y Vivienda del Consistorio vallisoletano, José Ignacio Zarandona, en una entrevista concedida a este medio de comunicación, la Policía Científica les han pedido que conserven los escombros de la primera planta donde todo hace indicar que se encuentra el origen de la deflagración, y donde apareció la fallecida.
Poco antes de las 23.00 horas, un estallido en el inmueble sobrecogió a todos los vallisoletanos por el estruendo que se escuchó en gran parte de la ciudad del Pisuerga. Rápidamente, en el lugar se desplegó un amplio dispositivo de emergencias pocas veces antes visto en nuestra ciudad ante la gravedad de los hechos. Alrededor de las 05.30 horas, el operativo de búsqueda localizó a una mujer sin vida que se encontraba desaparecida, puesto que era una de las inquilinas que los Bomberos no habían evacuado del edificio y residía en la planta más afectadas por la explosión.
La fallecida Teresa B. de 53 años residía en el 1ºC desde hace un año y medio junto a sus mascotas, y hace poco tiempo había perdido a su marido. Una tragedia que ha inundado a Valladolid y que ha vuelto a recordar las pesadillas sufridas en los años 1998 y 2000 en los barrios de La Rondilla y La Victoria. Después de diez días de la grave deflagración de la calle Goya, hoy ya se empiezan a esclarecer algunas de las hipótesis principales que rodean a esta tragedia que pudo ser accidental y no intencionada.