Poco a poco, la normalidad intenta regresar a Valladolid y sobre todo a la calle Goya. Los vecinos siguen con la congoja por la terrible explosión de gas que hizo saltar por los aires un bloque de viviendas llevándose la vida de una vecina, de 53 años, que vivía en la primera planta del edificio donde se originó la deflagración. A consecuencia de la detonación, además de la víctima mortal unas doce personas resultaron heridas, algunas de ellas recibieron el alta in situ en el punto sanitario habilitado en la calle Goya, y el resto tuvieron que ser ingresadas en hospitales de Valladolid.
De los afectados, solo dos de los vecinos fueron hospitalizados en estado grave, una madre de más de 80 años y su hijo. Los dos pacientes han estado ingresados en la UCI del Hospital Río Hortega, y este lunes el varón recibió el alta médica tras pasar varios días en la Unidad de Quemados. Mientras, su madre también dejó atrás su estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos para pasar a planta el pasado viernes. Las últimas informaciones sobre la investigación y estado de la estructura del edificio siniestrado apuntan al origen de la explosión al piso del 1ºC, donde vivía Teresa B., la vecina fallecida, junto a sus mascotas, aunque todavía no se ha determinado las causas exactas de los hechos, si por un descuido, mal mantenimiento o incluso un suicidio.
Tan solo horas después de la explosión en el número 32 de la calle Goya, el Ayuntamiento de Valladolid encargó un informe para valorar el estado del edificio que tras las labores de extinción del incendio por parte de los Bomberos había quedado prácticamente en ruinas los pisos de las primeras plantas. Este lunes 7 de agosto se han conocido los resultados de la primera inspección preliminar, en la que los técnicos y arquitectos de Incidec han señalado que la estabilidad del bloque de vivienda corre un «riesgo muy grave», aunque apuntan a actuaciones «de urgencia» que se deben acometer para evitar el colapso total del inmueble que data del año 1970. Además, según señalan los expertos en estructuras, el edificio había pasado la Inspección Técnica (ITE) en 2014, y a pesar de algunas reformas acometidas en los últimos años, el bloque presentaba un buen estado de mantenimiento.
Desde esta semana, según informan desde la Concejalía de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid, han comenzado los trabajos de apuntalamiento para tratar de estabilizar la infraestructura de las casas de los afectados, con el fin de que a partir de los próximos días, los vecinos puedan regresar a los domicilios menos siniestrados y proceder a realizar una valoración de daños con los peritos y compañías aseguradores, al tiempo que continuarán recuperando sus objetos materiales y personales más queridos.
Además, los vecinos afectados por la explosión de la calle Goya 32, en la que unas 18 familias se han quedado sin hogar, contarán con asesoramiento y apoyo por parte del Ayuntamiento de Valladolid con atención psicológica y realojos, así como una breve guía para facilitar la interlocución con sus aseguradoras. Asimismo, las víctimas de la explosión de gas ocurrida en Palencia en 2007 se han puesto en contacto con los vecinos para contarles su experiencia y consejos para acortar tiempos y realizar gestiones eficaces.