Las primeras 48 horas de Lucas Burgueño en la prisión de Villanubla: en un módulo light, tranquilo pero muy exigente

El polémico Lucas Burgueño vive sus primeras 48 horas en la prisión de Villanubla después de que el Juzgado de Valladolid decretara su ingreso por quebrantar la orden de alejamiento que tenía impuesta hacia sus padres. El joven vallisoletano que saltó al foco mediático el pasado 29 de septiembre tras acosar al exalcalde Óscar Puente en el AVE en la estación de Campo Grande, ha protagonizado desde entonces varias detenciones en la ciudad vallisoletana por diferentes delitos como amenazas, coacciones y allanamiento de morada. Una serie de altercados que le han llevado a declarar ante el juez en las últimas semanas hasta en tres ocasiones, y fue la última, el pasado martes 7 de noviembre cuando los juzgados dictaminaron prisión sin fianza para el psicólogo.

Sus primeras horas en el centro penitenciario de Valladolid están siendo tranquilas, según informan fuentes consultadas por este medio de comunicación, aunque sí que se ha mostrado exigente, crecido, «reclamando cosas que no debería reclamar» y creyéndose con «todos los derechos». Tal y como relatan estas mismas fuentes a las que ha tenido acceso Valladolid Plural, Burgueño no ha generado ningún acto violento cuando se cumplen dos días desde que pisó el suelo de la cárcel vallisoletana. Una vez que la Guardia Civil trasladó al también bombero desde los juzgados hasta Villanubla, éste estuvo en el departamento de ingresos donde mantuvo entrevistas con el psicólogo y educador social del centro penitenciario. Tras su primer reconocimiento, desde la dirección de la prisión decidieron su traslado al módulo 2, «un módulo light», donde se encuentran presos primarios y menos problemáticos, entre ellos personas mayores.

Todos estos primeros pasos que ha dado el acosador de Óscar Puente entre rejas se han realizado bajo el protocolo de prevención de suicidios que se aplica a los presos encarcelados por primera vez, y que conlleva la supervisión de un recluso durante las 24 horas. Siguiendo con el relato de las mismas fuentes consultadas, Burgueño tiene un perfil de preso chulesco, a diferencia de otros arrestados que llegan a las instalaciones con «cierto miedo», aunque, según ha podido saber este periódico, «en este caso no ha sido así». Por el momento, la actitud de Lucas Burgueño está siendo pacífica tanto con los funcionarios como con el resto de presos, aunque «habrá que ver si se adapta al régimen y cómo se van deparando las cosas».

Todo desencadenó en la tarde del pasado lunes 6 de noviembre cuando el joven de 35 años fue detenido en la calle Pasión de Valladolid por saltarse la orden de alejamiento de sus padres, que semanas antes habían presentado una denuncia en dependencias policiales contra su hijo Lucas Burgueño por revelación de secretos, coacciones y amenazas. El varón había pedido a sus progenitores una elevada cantidad de dinero para no difundir un vídeo, y ante la negativa de su madre de ceder al chantaje, Burgueño le amenazó con enviar personas que ocuparan su casa y llegó incluso a cortar el cable de la caldera de gas así como a destrozar mobiliario de la vivienda.

Además del episodio que protagonizó contra Óscar Puente en el AVE con destino Madrid donde con actitud chulesca se refirió al político vallisoletano acerca de Puigdemont, el ahora encarcelado, también estuvo implicado en un allanamiento de morada con amenazas al acceder a la habitación de la compañera de piso de su pareja, en un simpa de 400 euros en un bar de Valladolid y agresiones a efectivos policiales en la ciudad del Pisuerga.