Un policía y vecino del edificio siniestrado en Parquesol salvó al hombre herido envuelto en llamas: «No pensé en nada, directamente fui a rescatarle»

Entre la desgracia y la desoladora imagen de la calle Juan de Valladolid de Parquesol se esconde un acto heroico que consiguió salvar al vecino del piso siniestrado del 3ºI. Javier Redondo es un agente de la Policía Nacional de Valladolid que reside en el edificio afectado y su vivienda es colindante con la casa donde se originó la fuerte explosión de gas de esta madrugada. El policía no dudó en poner a salvo a su familia y salir hacia el piso de su vecino y rescatarle entre las llamas y los escombros. Javier Redondo resultó herido leve con síntomas de inhalación de humo, al igual que su mujer y su hija menor de edad, pero afortunadamente ya han recibido el alta y se encuentran bien. El agente vallisoletano ha contado en una entrevista concedida a Valladolid Plural el rescate de su vecino, y que sin duda, consiguió salvarle la vida. Él mismo nos reconoce que cuando todo ocurrió «no pensaba en nada, directamente le vi y fue a rescatarle».

El agente Redondo relata todavía con la voz temblorosa que cuando escuchó la explosión estaba en la cama, y oyó a su mujer gritando «nos quemamos, nos quemamos». «Cuando conseguí que mi familia saliera a la calle, me quedé y fui hacia la casa del vecino que estaba envuelta en fuego para saber si se encontraba dentro», explica el agente y vecino del edificio siniestrado de Parquesol. «No me percaté si había o no escombros y lo único que pensaba era en salvarle porque si se queda ahí, tal y como estaba todo en llamas, no se cuál hubiera sido el final», reflexiona uno de los héroes de la calle Juan de Valladolid 23.

Un relato inquietante que hace estremecerse al escuchar las palabras de este policía vallisoletano que se armó de valentía para salvar a su vecino, que se encontraba desnudo y con quemaduras por todo el cuerpo en la terraza de su vivienda. Las llamas y el fuego se observaban desde el exterior y mientras el resto de vecinos eran desalojados rápidamente de sus casas, Javier decidió quedarse y tratar de sacar al hombre de su domicilio para que pudiera escapar del fuego. El agente de la Policía Nacional recuerda el estruendo mientras estaba en la cama y veía cómo se habían caído las paredes observando directamente la vivienda de su vecino del 3ºI entre llamas. El protagonista y héroe de esta terrible nuevo suceso en Valladolid, relata a nuestro periódico que «en ese momento, a mi mujer e hija les digo que se vayan a la otra punta de la casa para que se alejaran de las llamas, y yo me voy hacia donde viene el fuego. Veo que hay salida por las escaleras y digo a mi familia que se calcen los zapatos y se marchen a la calle. Una vez que las veo bajando por las escaleras les digo que yo me quedo, que tengo que mirar si está el vecino que es donde estaba la explosión», indica todavía nervioso, pero algo más aliviado.

«Cuando entré a la casa del vecino estaba completamente en llamas sin paredes y sin nada, y veo que está ardiendo la cama, la cocina, un baño… Había fuego por todos lados y caía también el agua por las cañerías. Entonces le veo a él desnudo y con quemaduras en la terraza», señala Redondo, en referencia a su vecino que ha sido la persona que ha resultado herida de gravedad en la deflagración de Parquesol. El agente continúa con su testimonio recordando cómo consiguió acercarse a él y le dijo: «¡Vámonos, vámonos que hay que salir!», al tiempo que recuerda que en un principio su vecino no quería que se acercara ni le tocara porque le agarró por el brazo y se quejaba mucho por las quemaduras. «Por fin consigo agarrarle y sacarle por la ventana de la terraza cruzando los escombros mientras le arrastraba y llegamos hasta los ascensores y el rellano», explica.

Javier Redondo cuenta que cuando intentaban salir del edificio «el hombre tenía mucho miedo y muchísimos dolores», y durante este angustioso camino, otro vecino ayudó a Javier a incorporar al herido y a duras penas consiguieron sacarle hasta el portal y ya una vez en la calle fueron rápidamente atendidos por los servicios de emergencias. Coraje, garra o valentía son solo algunos de los valores que tuvo en ese momento el policía vallisoletano para acercarse y atravesar las llamas para rescatar a su vecino: «En ese momento no pensaba en nada, directamente le vi y fue a rescatarle. No me percaté si había o no escombros y lo único que pensaba era en salvarle». Horas después, todavía con los nervios y con la incertidumbre de todo lo que rodea a la explosión, nos confiesa que «me salió solo el actuar así, me salió de dentro».

El policía vive en el 3ºJ, justo al lado del piso donde se originó la explosión de la calle Juan de Valladolid. Su casa está destrozada, pero reconoce que lo más importante es que tanto su mujer, su hija como él se encuentran bien y «la explosión ha sido tan fuerte que podía haber pasado mucho más». «No hemos podido todavía subir a nuestra casa, pero me han contado mis compañeros de la Policía que está bastante dañada, no hay paredes e incluso tengo mobiliario del vecino por el pasillo», explica Redondo. Sinceramente, reconoce que «tengo una relación solamente de vecino con el hombre afectado, de vernos por los pasillos y ascensor, nada más, pero cuando vi el fuego en su vivienda solo podía pensar en si estaba dentro lo tenía que sacar», concluye Javier.

Ahora, este agente de Policía como el resto de vecinos afectados se verán obligados a llevar a cabo los trámites con su seguro para tratar de buscar una solución a todos los daños que ha sufrido en su vivienda, y podrá adaptarse al plan de realojo que ha activado el Ayuntamiento de Valladolid para los afectados por la explosión, al igual que ocurrió hace escasas semanas con los vecinos de la calle Goya. Un mes de desgracias que unen en la tristeza a decenas de familias vallisoletanas, que ven pasar su vida y perderlo todo en apenas segundos.