Los compañeros y amigos del estudiante de Periodismo fallecido de manera repentina el pasado jueves 2 de mayo han querido brindarle en su Facultad un último adiós. El vestíbulo principal de la Facultad de Filosofía y Letras se tiñó de luto para recordar a uno de los alumnos más queridos y carismáticos de la carrera, y que su inesperada muerte en una de las clases de la Universidad de Valladolid ha dejado a todos desolados. Asimismo, durante al acto conmemorativo, los estudiantes han pedido que una de las aulas de la Facultad lleve su nombre. Miguel Li Fernández nació en Lugo y se desplazó hace un par de años hasta Valladolid para estudiar la carrera de sus sueños, Periodismo.
Desde el primer momento que pisó la Facultad de Filosofía y Letras se dejó notar por su carácter y su personalidad arrolladora, como hoy han destacado sus compañeros y amigos en un acto homenaje en el que también han estado presentes el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, el rector de la UVA, Antonio Largo, así como profesores, trabajadores de la Facultad, y por supuesto, alumnos del grado de Periodismo. El acto de homenaje se celebró a las 12.00 horas de este lunes 6 de mayo con un minuto de silencio y la intervención de algunos de los amigos del estudiante fallecido que quisieron dedicarle unas bonitas palabras para transmitirle que su recuerdo siempre estará vivo.
Y es que el dolor y la angustia que muchos de sus compañeros sintieron el pasado jueves 2 de mayo no se borran de sus mentes por todo lo que vivieron con el joven gallego de 21 años que «se fue de esta vida de la manera más injusta«. «De algún modo el dolor nos une, Miguel nos unió a todos. Todos los que vimos lo que sucedió en ese aula supimos de pronto que esto no es una broma, que vivimos para ello y que si debemos marchar tenemos que saber vivir», pronunció uno de los compañeros de Miguel. Durante su intervención, algunos de los estudiantes de 2º de Periodismo quisieron abrir su corazón y expresar los sentimientos y lo que significaba para él su amigo, Miguel.
«Miguel era una de esas personas que tenía muy claro como vivir, qué feliz fue hasta sus últimos días, siendo único y auténtico. Sus ambiciones se tornaron en polvo cuando la vida se lo llevó de forma injusta. No puedo describir la impotencia cuando pienso que lo que ocurrió no debió ocurrir. Era demasiado joven y no tendrá la posibilidad de convertirse en el periodista que soñaba«. Asimismo, los amigos del alumno fallecido en la Universidad de Valladolid destacaron su fuerza, carisma, espíritu, sus ganas de trabajar, e incluso, de comerse el mundo para conseguir todo lo que se proponía. «Era una persona muy sociable, cuidaba a sus compañeros y ponía sus ideas y pensamientos sobre la mesa. Era impensable para él pasar desapercibido. Divertido, alocado, dispuesto a hacer reír a sus compañeros, transparente, no había segundas intenciones en sus palabras. Cualquier cosa que necesitaras, él siempre se lanzaba a conseguirlo«, así definían algunos de sus amigos a Miguel.
«No se amedrantaba ante nada por muy grande que fuera el desafío», le recuerdan. «Una lección que nunca deberíamos olvidar, debemos trabajar para conseguir mejores versiones de nosotros mismos. Ha sido una lección a un precio demasiado alto. Por su forma de ser, su talento, su recuerdo vivirá entre nosotros con una llama que no se apaga nunca», pronunciaron. Asimismo, Miguel Li siempre demostró ante sus compañeros y amigos su gran devoción por el periodismo y la política, tal y como muchos de ellos le recuerdan por las anécdotas que vivieron con él en las clases y fuera de las aulas. «Recuerdo el primer día de clase, todos callados y tímidos hasta que llegó Miguel a la carrera y maletín en mano con la personalidad más arrolladora, especial y única que habíamos visto nunca», destacaron los amigos del fallecido en el acto homenaje de este lunes mientras intentaban contener las lágrimas.
«Perdónanos por no haberte agradecido todo lo que hiciste por nosotros. Tu querida carrera y amada profesión te venía como anillo al dedo. Nuestra motivación será tu memoria«, expusieron sus compañeros de carrera rotos por dentro. «Va a ser duro volver a clase y no verte, salir de fiesta y que no estés, porque aunque no eras del todo consciente, eras el alma de la clase«, concluyeron los estudiantes de Periodismo tras un sonoro aplauso de todos los allí presentes. El sentido homenaje finalizó con un minuto de silencio y con una petición unánime. Los amigos del joven han expresado su deseo de que en un futuro una de las aulas de la facultad pueda llevar el nombre de Miguel Li Fernández Fernández.