El Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid ha archivado la causa por la muerte de un adolescente internado en el Centro Regional Zambrana para Menores Infractores de Valladolid donde fue reducido por la seguridad del centro durante un episodio de conducta violenta, informa el TSJ. Este hecho sucedió el pasado 4 de marzo y el menor, natural de Túnez, permanecía en el Centro Zambrana desde el 25 de enero de 2022, tras llegar a Valladolid sólo procedente de Suiza, donde había sido sometido a una cirugía abdominal.
La juez estima que la muerte se produjo durante la contención del menor «pero no como causa de la misma», una situación, añade, «que ni era previsible, ni era evitable» por lo que concluye que se trató de una muerte natural, «aunque en el informe forense se hable de muerte violenta como consecuencia de la ira desplegada por el menor en el momento de la reducción».
De las diligencias de investigación practicadas se estima que «no ha resultado debidamente acreditado» que el fallecimiento del menor se produjera como consecuencia de un comportamiento negligente de los dos vigilantes de seguridad investigados, que procedieron a su reducción e inmovilización cuando protagonizaba un comportamiento violento en el Centro de Menores.
Finalmente, tampoco aprecia incumplimiento alguno en la aplicación del artículo 27, de la LO 1/96, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil ni de los protocolos de actuación en casos como el expuesto. «Es evidente que cuando el menor intentó agredir al educador, rodeando el mostrador, ya no era posible utilizar el diálogo o la desescalada, porque el menor había pasado a la acción con un comportamiento violento, intentando primero, agredir al educador a través del mostrador que les separaba, sin conseguirlo, y después acceder a donde se encontraba para culminar su agresión», argumenta la juez.
Los hechos ocurrieron el pasado 25 de enero cuando sobre las 21:00 horas, los menores bajaron de sus habitaciones, haciéndolo en último lugar el menor fallecido, encontrándose los dos investigados a la puerta del Salón- Comedor, porque habían sido alertados por el Equipo Educativo, ante el comportamiento expuesto. El equipo educativo había adoptado medidas educativas de privación de ocio que consistían en la prohibición de disfrutar de la televisión durante el día siguiente y el descuento de dos euros de propina, según las normas del centro y al serle notificadas, el menor se alteró, por lo que el educador le dijo que subiera con la cena a su habitación, negándose a ello, haciendo muecas y guiñando un ojo de forma reiterada, y al comunicarle que se le aplicaría otra medida educativa, el menor tiró la bandeja de la cena sobre el mostrador que le separaba del educador y se abalanzó contra él de forma agresiva, por lo que los investigados entraron en el comedor con el objeto de detener la acción agresiva del menor ya que estaba rodeando el citado mostrador con intención de agredir al educador, oponiendo el menor gran resistencia.
Según los dos investigados, en un primer momento, contuvieron al menor empleando solo la fuerza de sus manos, pero al resistirse de forma enérgica, tuvieron que inmovilizarle en el suelo, boca abajo, uno sujetándole las piernas con las suyas y las dos manos, como si estuviera engrilletado y el otro, sujetándole la cabeza con una mano y el brazo derecho bajo su cuello para impedir que se golpeara contra el suelo y que le golpeara, mientras los educadores le decían que se calmara y que dejara de forcejear para que le pudieran soltar, sin embargo el menor no abandonó su actitud sino que empeoró y se llegó a soltar de las manos, hasta en dos ocasiones, gritando expresiones en árabe. El investigado logró sujetarle nuevamente las manos y le puso los grilletes en tanto se tranquilizaba, permaneciendo en esa posición unos 14 minutos, hasta que el educador solicitó que le retiraran la sujeción mecánica, quedando el menor boca abajo en el suelo con la contención mínima que empleó, manteniendo la mano en la espalda del menor. Cuando los educadores intentaron hablar con el menor, al ver que no respondía, lo colocaron en posición de seguridad lateral, observando que el menor respiraba, llamando al Servicio del 112, encontrándose en parada cardiorrespiratoria y pese a las maniobras realizadas informaron de su fallecimiento.