La Residencia de Jóvenes Jugadores del Real Valladolid es, desde el domingo, el hogar de cuatro jóvenes ucranianos quienes gracias al fútbol han podido huir de su país en el contexto de la invasión iniciada por Rusia el pasado 24 de febrero. Casi un mes después Oleksandr, Yaroslav, Oleg y Danil, nacidos entre enero de 2005 y julio de 2004, han recalado en la ciudad del Pisuerga, lejos de las bombas y los disparos que ahora mismo siegan la vida de miles de personas 3.000 kilómetros al este de Castilla, para poder seguir su formación educativa y deportiva.
Los jóvenes llegaron a España el viernes. Para ello tuvieron que completar un viaje por carretera, en autobús, junto con otros compatriotas que han encontrado en el deporte su vía de escape a la guerra. 44 esquiadores y 22 futbolistas entre 12 y 16 años, además de ocho técnicos, en una expedición que abandonó Ucrania por la frontera con Hungría y desde ahí emprendió rumbo al sur, ayudados por la iniciativa del club granadino de esquí Monachil y por Jorge López, quien dirige una academia de fútbol en el país eslavo.
Con la ropa de entrenamiento del Real Valladolid, su Club de acogida, los cuatro adolescentes han pisado hoy el césped del Estadio José Zorrilla y conocido los que serán sus campos de juego. Procedentes de diferentes ciudades, todas ellas en el entorno del río Dniéper, en las que la guerra ha afectado, por el momento, de diferentes formas, pero con una misma historia marcada por el ruido de los bombardeos y los combates, del miedo, la pérdida. Vidas detenidas, personas obligadas a dejar todo atrás y comenzar lejos de su casa, de Dnipro, Poltava, Cherkasy y Krivói Rog, su supervivencia con el recuerdo de la familia y las amistades que han quedado atrás.