Las elecciones generales del 23 de julio en España ya han obtenido los resultados, y en la mayoría de los casos no han sido los esperados. El Partido Popular ha ganado los comicios con un total de 136 escaños, frente a los 122 del Partido Socialista. Mientras que Vox se queda como tercera fuerza con 33 diputados y Sumar con 31 representantes. Ni Pedro Sánchez ni Alberto Núñez Feijóo tienen clara su mayoría para poder gobernar y proclamarse presidentes del Gobierno.
Los pactos ya están sobre la mesa, y sobre todo, el PSOE baraja un amplio abanico con las fuerzas minoritarias. El acuerdo que más se preveía, PP-Vox como mayoría absoluta no se ha dado en España, por el desplome de la formación de Santiago Abascal, que ha perdido un total de 19 diputados. Sumar también ha perdido representación, en comparación con el antiguo partido de Unidas Podemos, en siete escaños menos, pero mantiene el pulso tras el pulso entre Yolanda Díaz e Irene Montero.
Ambos líderes nacionales salieron a los balcones de sus respectivas sedes durante la noche electoral para celebrar junto a los militantes y simpatizantes los resultados. Una celebración que cada cual la interpreta a su gusto, es decir, los populares intentaban demostrar felicidad, pero la alegría estaba contenida, puesto que su gobernabilidad se tambalea al no sumar la mayoría suficiente con Vox para llegar a la Moncloa. El presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, saludó a los suyos desde Ferraz, con la inmersa emoción de ver que España había frenado el «retroceso» de PP-Vox y había apostado por «avanzar». PSOE y Sumar tampoco consiguen la mayoría absoluta suficiente en el Hemiciclo para una investidura firme, aunque de nuevo el independentismo y el nacionalismo tienen la llave.
Sánchez conoce que esos posibles pactos son un arma de doble filo, y no se garantiza una gobernabilidad rápida ni eficaz con las fuerzas minoritarias. Feijóo, al igual que el socialista, podría buscar una alternativa con el PNV o Coalición Canaria, pero por el momento no le ven una salida. En definitiva, ambos candidatos han mostrado su intención de ser presidentes del Gobierno, y en el caso de los populares ya han afirmado que buscarán el «diálogo» con las formaciones para lograr que gobierne la lista más votada, una decisión que no se llevó a cabo, por ejemplo, en las pasadas elecciones municipales del 28-M, donde el PP y Vox arrebataron al PSOE varias alcaldías y comunidades al sumar mayoría, y el PSOE se quedó en una mera victoria de votos.