Momentos de tensión los vividos en un bar de La Rondilla con un hombre armado con un cuchillo. La Policía de Valladolid detuvo a un hombre de unos 45 años el pasado viernes 11 de agosto después de protagonizar una violenta situación en el interior del bar Xtreet Coffee & Drink’s de la Plaza Once Casas cuando se encontraban varios clientes en el interior. Según cuenta el gerente del establecimiento hostelero a este periódico, los hechos sucedieron alrededor de las 16.30 horas en un momento tranquilo cuando solamente un matrimonio estaba consumiendo en el local.
El hombre entró al bar en un estado depresivo y bajo los efectos del alcohol cuando comenzó a hacer comentarios con gritos e insultos, supuestamente hacia sus padres, y el camarero trató de calmarle diciéndole que «todo el mundo tiene días malos y que se fuera a relajar a casa». Cuando parecía que el varón estaba más tranquilo, el gerente se fue a reponer al almacén, y en ese momento los clientes del bar, testigos de lo que sucedía, vieron como el individuo cogía un cuchillo del interior de la barra y se puso a hacer guardia en la puerta con una actitud desafiante a las personas que se encontraban en el interior del local e incluso transeúntes que pasaban por la puerta del bar puesto que le llegó a gritar a una señora «como entres te rajo», pero la mujer hizo caso omiso y no le agredió.
Fue en ese momento cuando David Manso, el dueño del local, tiró de astucia e ingenio para dar la voz de alarma a los agentes policiales. Escondido entre las columnas del almacén sin que le viera el hombre llamó a la Sala 091 de la Policía para alertar de la presencia de un hombre armado con un cuchillo en su local situado en el barrio de La Rondilla. Ante las preguntas de los agentes, el gerente de este bar reaccionó realizando una conversación en clave con el policía que estaba al teléfono haciendo como que hablaba con una amiga suya llamada Julia.
Mientras, el policía le preguntaba la dirección del local para acudir al lugar, el dueño se inventó otra historia contando que se había encontrado con su amiga en esa dirección en la Plaza de las Once Casas, y una vez que los agentes tuvieron la dirección acudieron rápidamente con varios efectivos para tratar de reducir al hombre. «Dije lo primero que se me ocurrió y hasta la llegada de los policías seguía hablando con el agente de la emisora policial para evitar que el hombre se diera cuenta y se enajenara aún más. En esa conversación trataba de describirle como era físicamente, y lo hacía mientras le contaba cosas surrealistas, como por ejemplo, que apostara en la próxima ruleta rusa al rojo, porque el hombre llevaba prendas rojas, y para indicarle que llevaba una gorra le dije al policía que la próxima apuesta lo sacaba con la gorra», cuenta el gerente en declaraciones a Valladolid Plural.
A la llegada de los agentes al establecimiento hostelero, el hombre se mostró aún más agresivo, al ver a los cuatro policías con escudos, porras y guantes anticortes frente a él. En repetidas ocasiones, los efectivos le indicaron que tirara el cuchillo y ante la negativa del hombre le acorralaron entre las mesas del bar y al verse rodeado intentó apuñalar a uno de los policías, aunque afortunadamente, sin éxito. Finalmente, lograron reducirle utilizando la fuerza con las porras y durante el forcejeo, el varón armado sufrió un golpe en la cabeza por lo que tuvo que ser trasladado a un hospital. Los agentes de la Policía detuvieron al hombre de unos 45 años por los presuntos delitos de amenazas y atentado contra la autoridad. El arrestado fue atendido por el servicio sanitario en el hospital y allí incluso llegó a atacar y morder a los enfermeros y personal sanitario teniendo que sedarle y esposarle.
David Manso que vivió este episodio en primera persona en su recién inaugurado bar Xtreet Coffee & Drink’s de La Rondilla reconoce que «no estaba nervioso porque lo vi más en frío que otra cosa. Mi única preocupación era que el hombre no agrediera a los clientes del bar con el cuchillo. Actué en frío, y no sé si me volviera a pasar si actuaría igual. No sentí que me fuera a hacer daño a mí, pero sí a la gente que pasaba por aquel momento por la puerta». «Nos ha ocurrido en nuestros primeros días puesto que llevamos poco más de un mes y podemos decir que es una situación atípica y surrealista. No es algo habitual en el ambiente del barrio y era la primera vez que le veía puesto que no es un cliente habitual del bar», relata el gerente del local quien además destaca la rápida y eficaz actuación policial puesto que desde que dio el aviso al 091 hasta que los agentes de la Policía lograron reducirle solo pasaron tres minutos y medio.