El Real Valladolid Baloncesto en su cuarto partido en doce días, se redimió en Pisuerga con un solvente y trabajado triunfo ante el Palmer Alma Mediterránea Palma (71-64). El trabajo coral y la actitud del equipo, clave para sumar el séptimo triunfo del curso en un encuentro vital.
Nervioso y quizá con ansiedad por firmar una buena puesta en escena, lo cierto es que el Real Valladolid Baloncesto comenzó frío el partido. Los insulares se hicieron con las primeras ventajas aprovechando el acierto (2-8), aunque no tardaron los blanquivioleta en responder con dos triples (10-12). Igualada la contienda, el guion volvió a repetirse para cerrar el periodo inaugural: estirón de los visitantes (10-19) y reacción pucelana anotando desde el perímetro (22-23 con 4/7 en triples de los locales).
Los de Roberto González, de menos a más, dominaban la pintura y estaban creciendo con el partido. El partido, eso sí, cambió de tónica en el segundo asalto. Del alto ritmo y la anotación se pasó a una sucesión de imprecisiones y errores por parte de ambos conjuntos que se saldó con empate técnico para llegar al descanso (37-38).
Con 12 créditos de valoración, Melwin Pantzar estaba siendo el jugador más destacado tras veinte minutos en los que el equipo castellano se había repuesto tras las ventajas iniciales de los baleares. La gran aportación del banquillo (20-8 en puntos) y el dominio del rebote local (23-16) se erigían como dos factores clave para la igualada en Pisuerga, aunque no iba a ser suficiente para que la victoria se quedase en casa.
Dicho y hecho. El Real Valladolid Baloncesto se había liberado de los nervios en la primera mitad y, tras el paso por vestuarios, sacó a relucir su mejor versión. Con varias marchas más en defensa, los de Roberto González firmaron un tercer periodo sobresaliente y lo acompañaron de acierto y claridad ofensiva para dar un golpe sobre la mesa.
Los insulares no consiguieron abrir brechas en la canasta del Pucela Basket y el equipo local firmó de salida un parcial de 10-2 (47-38) para hacerse con la manija del partido. Y ya no iba a soltarla. La ventaja crecía con el paso de los minutos merced a la gran actuación coral de todo el equipo, con especial mención en este tramo para Kuiper y Puidet, quienes se mostraron muy certeros desde la larga distancia. A pesar de que los visitantes recortaron distancias en la recta final, el cuadro vallisoletano encaraba los últimos diez minutos con una buena ventaja (59-51).
Y el colchón fue suficiente. A pesar de la sequía anotadora durante varios minutos, la ventaja blanquivioleta no peligró y la renta solo bajó de los diez puntos a falta de tres por disputarse (68-59). Pero el Real Valladolid Baloncesto, demostrando madurez y refrendando su compromiso, no se descompuso y terminó sentenciando punto a punto, sumando en las idas y venidas a la línea de tiros libres. El resultado definitivo fue de 71-64, con el que se rubricaba la séptima victoria del curso.