Los embalses de la CHD registran el peor dato de los últimos 28 años por los cálidos meses de abril y mayo

Las condiciones extremadamente cálidas y secas de los meses de abril y la primera mitad de mayo han originado que las aportaciones a los principales embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) registren el peor dato de la serie histórica de los últimos 28 años. Las entradas en este período han alcanzado los 230 hectómetros cúbicos en total, lo que lo que supone una reducción del 78% respecto al valor medio para este período, 1.042 hectómetros cúbicos. Esta cifra se ha visto agravada por los consumos disparados provocados por el adelanto en dos meses de la campaña de riego ante el déficit de precipitaciones.

En el conjunto de la cuenca, la situación de las reservas a fecha actual, el 67,7%, es notablemente peor que la del año pasado, 76,5%, y muy inferior al valor medio de los últimos 10 años, el 84%. Por sistemas, todos se encuentran en valores de reservas por debajo de la media para esta fecha, y la inmensa mayoría también por debajo de los valores del año pasado. Actualmente, los embalses del sistema Pisuerga, Aguilar, Cervera-Ruesga y La Requejada, se encuentran al 39,4% convirtiéndose este dato en el peor dato de reservas de la historia para esta fecha, es decir, nunca estos embalses, a fecha actual, habían albergado menos agua que en este 2023, desde que hay registros comparables.

Según los datos del Organismo, la reducción de aportaciones de entrada sobre los datos medios históricos a los tres embalses se sitúa en un 80% durante los meses de abril y mayo. Al déficit de precipitaciones de este año hidrológico se une además un final de invierno y primavera muy secos y un mes de abril y primera mitad de mayo con temperaturas extremas, lo que ha aumentado las demandas de regadío de forma considerable. En el caso del sistema Carrión, Camporredondo y Compuerto, a pesar de haber alcanzado un llenado completo de sus embalses al inicio de la campaña de riego, los niveles de reservas, un 62,8% se sitúan casi 15 puntos por debajo de los valores de la última década. En este caso, el déficit de precipitaciones en los meses de abril y mayo alcanza el 75%, es decir, solo han entrado 17 hectómetros cúbicos respecto a los casi 68 hectómetros cúbicos del valor medio histórico para esos dos meses.

En la provincia de León, destaca por una mejor situación en comparación con 2022 el sistema Tuerto, con el embalse de Villameca al 86,2% de su capacidad. Barrios de Luna también presenta un buen estado, 81,9%, aunque las aportaciones de entrada al embalse durante abril y mayo se han visto reducidas un 73% respecto al valor medio para estas fecha- han entrado 17,50 hectómetros cúbicos respecto al valor medio histórico de 73,95 hectómetros cúbicos, el peor dato histórico también. En cuanto a los embalses de Porma, el 69,7%, y de Riaño, el 68,3%, las aportaciones durante abril y mayo han supuesto un 77% menos que la media, también con el peor valor de la serie histórica de los últimos 28 años.

En Burgos, los embalses del sistema Arlanzón, Úzquiza y Arlanzón, se encuentran 12 puntos por debajo de la media, y Cuerda del Pozo, en Soria, unos 17 puntos por debajo. El sistema Arlanzón ha registrado una reducción del 84% de aportaciones de entrada a los embalses durante los meses de abril y mayo, que han entrado 3,36 hectómetros cúbicos respecto a los 21,28 de media histórica, reducción de aportaciones que ha sido del 77% en el caso de Cuerda del Pozo, 9,89 hectómetros cúbicos de entrada frente a los 42,32 del valor medio histórico para esos dos meses. En ambos casos, también se trata del peor valor de los últimos 28 años.

Las presas del Estado gestionadas por la CHD ubicadas en Segovia, Linares del Arroyo y El Pontón Alto, y Ávila, Castro de Las Cogotas, se encuentran en valores más o menos habituales, eso sí, con una reducción de aportaciones en abril y mayo del entorno del 76-79%, suponiendo el peor dato de los últimos 28 años para los dos embalses segovianos. Mientras, en Salamanca, el embalse de Santa Teresa se sitúa unos 11 puntos por debajo de la media de la década, con el valor de aportaciones más escaso de su cuenca en los meses de abril y mayo con 24,19 hectómetros cúbicos frente a las 173,60 del valor medio histórico, lo que supone una reducción del 86% y el peor dato registrado hasta la fecha.

En las últimas semanas, los caudales desembalsados en todos los sistemas de explotación se han moderado debido a las tormentas registradas en la cuenca que, aunque no suponen grandes cantidades de agua distribuidas en general, sí están permitiendo limitar las demandas de agua a atender desde los embalses. Sería conveniente que durante el mes de junio esta situación o incluso una situación de lluvias más repartidas y constantes se repitiera, permitiendo cambiar la tendencia y limitar los consumos. De este modo, las reservas nos permitirían afrontar el verano en una mejor situación.