El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, ha recorrido esta mañana los campos de soja de la localidad salmantina de Arabayona de Mógica. Para el consejero, “la soja es un cultivo que tenemos que estudiar bien para ver sus posibilidades de futuro. Podría incluirse como una alternativa en la diversificación del regadío en Castilla y León y su superficie es aún muy reducida por lo que tiene un gran potencial de crecimiento”. En Castilla y León se sembraron la pasada campaña 196 hectáreas de soja, sobre un total nacional de 1.426 hectáreas entre las que destacan las plantadas en las comunidades de Aragón, con 563 hectáreas, y Extremadura, con 520 hectáreas.
Además, ha continuado Carnero, “desde la Consejería estamos apostando por convertirlo en una opción de futuro para nuestros agricultores. Las posibilidades de crecimiento en cuanto a superficie van acompañadas de formación respecto al mismo y de la búsqueda de rentabilidad mediante la mejora de su agronomía y el aumento de su comercialización”. En este sentido ha explicado que «no hay que olvidar que la soja además es uno de los ingredientes principales en la composición de los piensos para alimentación animal, siendo España el segundo país de la Unión Europea que más cantidades importa de esta leguminosa. Esto abre así grandes posibilidades de producción y abastecimiento local que generen nuevas economías circulares y den valor e importancia al sector primario de cercanía”.
El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), junto con la empresa Pascual, ha realizado una serie de ensayos con dos objetivos fundamentales: el primero determinar la adaptación de distintas variedades de soja a las condiciones de la Comunidad Autónoma, y el segundo constatar la efectividad de diferentes inóculos. La práctica de inoculación en soja es un proceso por medio del cual se introducen, junto con la semilla, bacterias específicas que crean una estrecha relación de simbiosis con la planta y son capaces de captar el nitrógeno atmosférico y pasarlo a formas disponibles para ser utilizado por el cultivo.
El ensayo consiste en la siembra de diferentes variedades de soja inoculadas, separadas en variedades de ciclo largo por un lado y variedades de ciclo corto por otro, que se realizaron en Arabayona de Mógica (Salamanca). Estos ensayos se realizan siguiendo las prácticas culturales de la comarca en la que se emplazan, indicándose en la ficha los resultados de la dosis de siembra, el cultivo precedente, la fertilización, el uso de fitosanitarios y las fechas de siembra y recolección.
Como resultado se ha puesto de manifiesto los buenos rendimientos que se pueden obtener con las variedades de soja no transgénica que existen en el mercado, siendo este cultivo una buena alternativa en la diversificación de regadío, además de las aportaciones de nitrógeno que deja en el suelo. Otro de los ensayos que se ha realizado ha sido la aplicación de distintos tipos de inóculos con objetivo de incrementar los rendimientos. Observando los resultados, se confirmó que el inóculo es necesario tanto para mejorar la calidad como para incrementar el rendimiento en campo.