La Plaza Caño Argales de Valladolid recupera su querido y emblemático kiosco

La inversión de más de 200.000 euros realizada por el Ayuntamiento de Valladolid en la Plaza Caño Argales ha propiciado un punto de encuentro más amable para los vecinos, con diferentes elementos que contribuyen a crear un espacio de convivencia más confortable con nuevas zonas estanciales, juegos infantiles con pavimento de caucho, bancos más altos, zonas verdes, mejor accesibilidad, fuente remodelada y desde hoy el histórico kiosco, completamente remodelado. Y si la opinión de los residentes a través de los Presupuestos Participativos y de la Asociación Caño Argales se tuvo en cuenta en la reurbanización, el planteamiento de los vecinos seguirá siendo clave para decidir el futuro uso del kiosco.

A partir de ahora, como detalla el concejal de Participación Ciudadana, Alberto Bustos, el Ayuntamiento de Valladolid inicia un proceso abierto mediante su Escuela de Participación Ciudadana ACTUVA para que la ciudadanía decida su utilización una vez recuperado: «Con la nueva instalación del histórico kiosco de la plaza de Caño Argales realizada por la concejalía de Planeamiento Urbanístico y Vivienda se completa la remodelación de una plaza que se ha visto extraordinariamente mejorada gracias a los Presupuestos Participativos». El concejal asegura que hay varias opciones y «se decidirá un posible uso cultural, recreativo o informativo, en definitiva, el uso que el vecindario del barrio quiera darle a este histórico kiosco».

De esta forma el Ayuntamiento de Valladolid pone el broche final a una actuación integral en Caño Argales, «reestrenada» en diciembre de 2020 con una actuación acometida principalmente por la Concejalía de Movilidad y Espacio Urbano y también por la Concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible a través de Aquavall y el Servicio de Parques y Jardines. En la reurbanización también se buscó la mejora y modernización del mobiliario, especialmente los bancos, y en definitiva la «humanización» de una plaza que, independientemente de que su estética no carecía de interés, resultaba demasiado «dura» y difícilmente transitable y aprovechable por el vecindario de la zona. Por eso, se contó con su opinión, que fue muy importante para enriquecer el resultado final de la intervención que finalmente se ha ejecutado en Caño Argales.

En resumen, las obras consistieron en la renovación de la red de abastecimiento, totalmente obsoleta, la reconexión de la red de saneamiento en la calle Panaderos, muy dañada por las raíces de los árboles, la renovación completa de la red de alumbrado con incorporación de nuevas luminarias y una red de riego para las nuevas zonas verdes. En cuanto a la pavimentación, se reparó completamente la acera existente junto a las fachadas, de grandes losas de granito, y se construyó una nueva acera perimetral de 2’40 metros de anchura media, de losas nuevas de granito y perfectamente accesible sustituyendo al adoquinado previo mucho más incómodo.

Otro elemento histórico recuperado en Caño Argales es su fuente, una de las más emblemáticas de Valladolid, construida alrededor de 1931, con una inversión de 23.000 euros por parte de Aquavall. Forma parte del conjunto del viaje de las aguas de las Arcas Reales que fueron la principal vía de entrada de agua potable a la ciudad desde el siglo XVI. Sin embargo, desde 1974, la traída de aguas fue clausurada por los problemas de salubridad hasta la recuperación que se completó en 2021.