El caso Traspinedo cumple su segundo aniversario aún con la causa judicial abierta para esclarecer lo que sucedió a Esther López de la Rosa el pasado 13 de enero de 2022. El principal y único investigado por su desaparición y muerte, Óscar S., se encuentra en libertad provisional aunque por primera vez pesan sobre él medidas cautelares que le impuso la jueza de Instrucción número 5 de Valladolid tras su segunda declaración en sede judicial el pasado 15 de diciembre. La última persona que vio con vida a Esther mantiene su inocencia y versión inicial de que dejó a la joven de Traspinedo a altas horas de la madrugada en la carretera, y posteriormente, él se fue a su casa. Un testimonio que ha sido desmontado por el minucioso informe elaborado durante casi dos años por la Guardia Civil, aunque a día de hoy, no parece suficiente para decretar prisión provisional para el único investigado.
En los últimos días, después de que la jueza solicitara una nueva prórroga de seis meses más de investigación en el caso de Traspinedo, se ha conocido que ésta ha solicitado al Instituto de Medina Legal un informe sobre la imputabilidad de Óscar S.M. por la cantidad de alcohol y drogas que consumió en la tarde-noche del 12 al 13 de enero, coincidiendo con la noche en la que Esther desapareció y murió por un presunto atropello por parte del principal sospechoso. Según la información adelantada por El Confidencial, la jueza que instruye el caso trata de investigar si Óscar puede ser inimputable legalmente por ir drogado y borracho la noche de los hechos en la localidad vallisoletana a través de un informe médico realizado por los forenses.
En este sentido, la acusación particular de la familia de Esther López ha presentado un recurso para pedir la inadmisión de las nuevas diligencias de investigación instadas en defensa de Óscar. Ante la petición de ese informe, la defensa de la víctima apunta que «no es posible» que un médico forense se pronuncie sobre el grado de imputabilidad, quien tan solo podrá comprobar «el grado de impregnación de drogas que una persona tiene en un momento concreto y la afectación de estas en su consulta». Tal y como señala el recurso, la acusación defiende que la prueba es de «imposible obtención a día de hoy puesto que ni tan siquiera ha sido instada por la defensa y resulta irracional e impertinente en los términos solicitados por el Ministerio Fiscal».
Además, en los últimos días dos peritos contratados por la defensa de Óscar S. están inspeccionando el vehículo del investigado, un Volkswagen T-Roc para tratar de tumbar la tesis de la Guardia Civil que sostiene que el sospechoso del crimen de Esther utilizó ese vehículo para atropellar a la joven. Una decisión que dio el visto bueno la magistrada que instruye el caso, puesto que Óscar mantuvo en su segunda declaración en los Juzgados de Valladolid que los informes de la Guardia Civil solo tratan de señalarle a él como autor de la muerte de Esther, y todo se debe, a su juicio, a una «mala investigación». En la primera inspección por parte de la Benemérita del coche de Óscar se notificó la presencia de unos desperfectos y abolladuras en un lateral del vehículo que encajarían con el impacto de la joven en el presunto atropello, una prueba que el investigado trata de desmontar asegurando que ese golpe fue provocado por la Guardia Civil en el traslado de su coche a las dependencias de la Benemérita.