La fábrica de Findus en Valladolid asegura que «cumple» con las certificaciones ambientales exigidas ante la queja vecinal por el mal olor

La reclamación vecinal de los barrios del sur de Valladolid por los «malos olores» que estaría generando la planta de Findus en Valladolid ya ha tenido la respuesta de la propia compañía, asegurando que «cumplen» con las certificaciones ambientales exigidas por las autoridades competentes, y además, cuenta con un Plan Estratégico para optimizar la gestión de residuos. La empresa Findus España se ha querido defender de las acusaciones por «putrefactos olores» que denunciaron los vecinos de la zona sur junto al Grupo Municipal Socialista en los últimos días, y ha señalado que en el año 2021 realizaron una «fuerte inversión» para la instalación de filtros de carbono activo para desodorización, así como para cubrir las balsas de homogeneización y evitar la emisión de olores.

En este sentido, Findus España, en línea con su política de sostenibilidad y su compromiso con la localidad vallisoletana en la que se sitúa su fábrica, ha comunicado que la planta cuenta desde el año 2007 con la Autorización Ambiental Integrada, cumpliendo cada año con los requerimientos solicitados por la administración. Además, señalan desde su departamento de Comunicación que la factoría tiene desde el año 2009 la certificación ISO 14.001, además de la certificación Green House Gas Protocol del Grupo internacional Nomad Foods. Como parte de su Plan Estratégico, Findus, según explican en un comunicado, invierte en proyectos que permiten la «mejora constante» del tratamiento de residuos. Recientemente, en 2023, la compañía actualizó la «gestión de fangos de depuración«, a través de un tiempo de «espera mínimo del residuo» en las instalaciones de la fábrica.

Además, aclaran que se han llevado a cabo «dos limpiezas profundas de las balsas de homogeneización, una en verano y otra en diciembre». Por último, desde la empresa Findus, con su planta en la calle Azucarera de Valladolid, detallan que han puesto en marcha una serie de medidas como la utilización de nuevos productos captadores de sulfuros para evitar la generación de olores en el tratamiento de aguas; la instalación de un equipo neutralizador de olor general en el perímetro de la depuradora; la elaboración ad hoc de un Plan de Gestión de Olores; y la instalación de contenedores de materia orgánica cerrados.