Pacheta siempre ha tenido muy presente que el verdadero poder del equipo es la fortaleza del grupo. El técnico es capaz de tener a todos los jugadores preparados para cuando les llegue la oportunidad. La temporada es muy larga y, tarde o temprano, todos tendrán la posibilidad de aportar su granito de arena sobre el verde.
La capacidad del cuerpo técnico de tener a la totalidad de la plantilla enchufada obtuvo sus frutos en las dos últimas jornadas ligueras, con dos partidos en Zorrilla en apenas tres días. Los seis puntos cosechados ante Celta de Vigo y Real Sociedad permiten al equipo dar un salto en la tabla y, lo que es más importante, demostrar una vez más que será necesario que la totalidad de los futbolistas sume.
Así, el míster alineó 17 jugadores titulares con Masip, Olaza, Javi Sánchez, Joaquín, Feddal, Lucas Rosa, Aguado, Roque Mesa, Kike Pérez, Weissman, Sergi Guardiola, Escudero, El Yamiq, Iván Sánchez, Monchu, Óscar Plano y Sergio León, y puso en liza a un total de 19, contando con la aportación desde el banquillo de Plata y Malsa. Al margen de los lesionados Kenedy, Luis Pérez, Fresneda y Anuar, solo se quedaron sin jugar los cancerberos Asenjo y Aceves, y Narváez, quien por cierto sí tuvo minutos en el duelo que abrió la intensa semana en el RCDE Stadium.
La unión del vestuario se puso de manifiesto con la celebración de las dos victorias. Una piña preciosa entre los jugadores que estaban sobre el césped y los del banquillo, incluidos los miembros del staff, que pone de manifiesto el tremendo valor del grupo.
