El Balonmano Atlético Valladolid no tuvo continuidad en el choque frente a Rebi Cuenca y cayó derrotado por 33-27. A pesar de que los pucelanos tuvieron momentos de muy buen juego en la primera mitad, siendo efectivos en ataque y con una buena defensa y portería, pero que en la segunda cuando intentó endurecer más el juego se vio superado por la calidad ofensiva de la plantilla conquense y su intensa defensa y acierto en portería. La primera parte estuvo marcada por la alta anotación y buenos primeros minutos de los gladiadores azules. Con defensas abiertas, Miguel Camino en el avanzado y magnifica respuesta de Pipe García en portería.
Además, el equipo pucelano pudo jugar con velocidad y se mostró muy efectivo en ataque, con lo que tuvo ventajas de hasta cuatro tantos poniendo en el luminoso el 3-7, y dominó sin apuros durante el primer cuarto de hora. Pero la férrea defensa 6:0 conquense con las intervenciones bajo palos del portugués Espinha, más la irrupción del francés Tchitombi hizo que el choque cambiara de dueño y los locales se pusieran por delante en el marcador al minuto 18 con el 10-9. Aún así, el Balonmano Atlético Valladolid aguantó el envite y siguió anotando con eficacia a la carrera, con Freitas, Calle y Álvaro Martínez destacados.
Sin embargo, Cuenca aprovechó su mejor lectura de juego para llegar a los seis metros en ventaja y los goles de Fede Pizarro permitieron que los de Lidio Jiménez se fueran dos arriba a vestuarios, 19-17. En la segunda mitad REBI Balonmano Cuenca refrendó su dominio en el marcador con una intensa defensa. Sergi Mach y Tchitombi lideraron a su equipo en la creación de juego y Espinha estuvo muy acertado bajo palos. De esta forma el cuadro local se marchó de cinco tantos y el Atlético Valladolid lastrado por las pérdidas ya fue a remolque. Al paso por el ecuador de la segunda mitad los castellanomanchegos pusieron muy a favor el marcador yéndose de seis, 29-23 al 46′, su máxima renta en todo el choque.
El técnico Pisonero buscó recomponer filas con un tiempo muerto, pero las cosas apenas cambiaron. El Balonmano Atlético Valladolid subió agresividad, pero Espinha era un bastión en la portería local y Fede Pizarro seguía acertado. Las exclusiones en ambos conjuntos no hicieron que la tendencia cambiara, para que finalmente los brasileños Pozzer y Hackbarth remataran el triunfo local, ante un cuadro pucelano que se quedó sin opciones al no estar muy eficaz en ataque, sólo 10 goles, en este segundo tiempo.
