La protección a la infancia, a los más vulnerables, es un compromiso y una prioridad para la Junta de Castilla y León. Más aún a los menores con discapacidad que, por las necesidades especiales que tienen, están expuestos a mayores carencias y a una mayor desprotección. Así lo ha afirmado hoy la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, durante la visita que ha realizado al Centro Residencial Obregón de Valladolid, en la que ha estado acompañada por la delegada territorial de la Junta en Valladolid, Raquel Alonso, y la presidenta de Fundación Personas, Ángeles García.
«En caso de desamparo y riesgo es fundamental proteger a estos menores y proporcionarles una atención integral adaptada a sus necesidades, con los cuidados físicos y psíquicos que necesiten, así como garantizarles el acceso a una educación integral que les permita su pleno desarrollo, en un ambiente en el que encuentren afecto, vínculos, seguridad y estabilidad», ha explicado la consejera. Para llevarlo a cabo, Castilla y León cuenta con un presupuesto anual de más de 2 millones de euros y con una red de ocho centros residenciales específicos para atender con calidad a menores con discapacidad protegidos por la Comunidad y garantizar sus derechos.
Estos centros están adaptados a las diferentes características de los menores -discapacidades psicofísicas, intelectual, enfermedad mental o graves discapacidades-, cuentan con 50 plazas concertadas -37 ocupadas actualmente-, y se encuentran, dos en la provincia de Ávila, otros dos en Salamanca, uno en León, otro en la provincia de Álava -para menores de Burgos-, y dos en Valladolid. En cuanto al Centro Residencial Obregón de Valladolid, Blanco ha especificado que se trata de un centro «con el que la Junta de Castilla y León colabora desde 2002 concertando seis plazas para menores con graves discapacidades, con un presupuesto anual de 225.000 euros». En la actualidad, las seis plazas se encuentran ocupadas por dos niñas y cuatro niños de entre 9 y 16 años.
Isabel Blanco ha destacado la gran labor que realizan con los menores en estos centros que, «además de ser un hogar para ellos, brindándoles cariño y comprensión, están preparados para ofrecer la atención tan individualizada y especializada que necesitan, promoviendo el máximo desarrollo de sus capacidades y habilidades, permitiéndoles participar en los diferentes entornos y actividades que podrán encontrar en el transcurso de su vida. En definitiva, de lo que se trata es de conseguir su plena inclusión en nuestra sociedad y garantizarles un futuro en esta tierra de oportunidades que es Castilla y León».
También la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades ha subrayado el papel de este centro y de Fundación Personas en la atención que prestan de forma externa a menores ucranianos tutelados procedentes de un orfanato que llegaron a Castilla y León al inicio de la guerra. En concreto, desde Fundación Personas atendió, antes de su escolarización, a 20 menores ucranianos con discapacidad que en la actualidad continúan asistiendo a actividades en horario de tarde.