Así comienza a notarse el impacto de la guerra en Ucrania: subida de precios en productos y servicios básicos

El ataque de Rusia a Ucrania afecta a toda Europa y está teniendo ya un indudable efecto en las economías de los hogares españoles, «si no se busca pronto una solución, habrá que prepararse para precios desorbitados, mercados alterados o restricciones», indica la OCU. Más allá de las víctimas, la destrucción, los desplazamientos, los horrores y abusos, el conflicto, la guerra se deja sentir a todos los niveles. Y como lamentablemente suele suceder, son los colectivos más vulnerables quienes más sufren las consecuencias.

El efecto de la invasión rusa de Ucrania ya se está notando en los precios de la energía, de los carburantes e incluso de los alimentos, unos precios que ya estaban elevados antes de que comenzara el conflicto y que en las últimas semanas se han disparado: alimentos, bebidas no alcohólicas, carburantes, gas y electricidad están teniendo un efecto directo muy notable en la inflación, que ya supera el 7,5%. En los mercados ya se habla de deflación. Además, los mercados financieros, muy sensibles, también se resienten por el conflicto, como han demostrado las caídas de las bolsas europeas.

Según la OCU se estima que la guerra supone un sobrecoste de las facturas de gas de entre 46 y 136 euros al mes. Lamentablemente, la evolución del conflicto indica que nos acercamos más a la banda superior del cálculo. En el caso de la electricidad, en máximos en los meses anteriores, sigue disparada y el conflicto supondrá pagar un sobrecoste que puede superar fácilmente los 50 euros mensuales.

La crisis de Ucrania también dispara el precio del petróleo. El precio del barril se acerca a unos valores inéditos hasta ahora. Quienes conducen un coche diésel ya estarían pagando un sobrecoste de 55 euros al mes sobre lo que estaban pagando en 2021, pero ese precio puede dispararse más. Solo desde que ha comenzado la guerra se estima que ese combustible ha subido un 20% respecto al precio medio de 2021.

En el caso de gasolina, el sobrecoste es similar. Desde el inicio del conflicto, el incremento se acerca al 15%: llenar un depósito medio (50 litros) es hoy 22 euros más caro que lo que costaba en 2021, y 11 euros más que hace poco más de dos semanas. Y sigue subiendo. Además, el alza en el precio de los carburantes, algo que llega rápidamente a los consumidores es el famoso efecto cohete que también repercute de manera indirecta, pues el encarecimiento del transporte obliga a subir el precio de bienes de todo tipo.

Con respecto a la alimentación, España importa desde Ucrania productos como cereales, granos y semillas de girasol, maíz, trigo, legumbres… El 42% del cereal que España importa procede de Ucrania. Estos alimentos básicos han subido de precio en los últimos años, 113% el trigo, 95% el maíz, y ahora la guerra viene a empeorar las cosas. Es previsible que cambie la relación entre la oferta y la demanda, con lo que además de poder darse caso de desabastecimiento, el precio de algunos bienes puede dispararse. Un caso llamativo es del aceite de girasol, con las restricciones que algunos establecimientos están poniendo en marcha no está justificada, y tampoco la compra compulsiva de los consumidores. Rusia y Ucrania son el granero de Europa, y es incuestionable que los efectos del conflicto se dejan sentir en los alimentos.

Además, Rusia y Ucrania no son solo las mayores potencias exportadores de cereales, sino que también producen materias primas imprescindibles para el resto de Occidente, como son el aluminio y el níquel. El bloqueo de estas materias se traduce en menor oferta y en unos precios más elevados de esos materiales, lo que tendrá efectos en muchos productos: dispositivos tecnológicos, componentes de aparatos, y tienen un efecto directo en los resultados y las cotizaciones de muchas empresa.

Otro de los ámbitos afectados de la economía es la Bolsa Europea que ha reaccionado al conflicto con fuertes caídas, pero cualquier pequeña señal hace repuntar el mercado. Con todo, si la guerra se alarga o si se generaliza el conflicto, es previsible un fuerte desplome.

Ante este panorama, muchos inversores se preguntan qué deben hacer. Los expertos de OCU Inversiones insisten en que, ante un escenario en que la guerra está sacudiendo los mercados, es prioritario no dejarse llevar por el pánico, pensar en una estrategia global a largo plazo, diversificar el riesgo con distintas inversiones e intentar aprovechar las oportunidades, que pueden existir.

La OCU señala que «seguimos trabajando en España y Europa por una sociedad más próspera, justa y sostenible», y recomiendan a las consumidores «hacer un consumo racional de la energía y los carburantes, adoptando medidas básicas de ahorro y mantener la calma, pues no son previsibles situaciones de desabastecimiento.

La Organización de consumidores hacen un llamamiento al Gobierno de España para que se supriman temporalmente los impuestos que gravan la energía, se garanticen los suministros básicos a todos los consumidores, especialmente a los más vulnerables y se muestre solidaridad con las víctimas de este conflicto.