Homenaje y guion perfecto del Real Valladolid Baloncesto para el queridísimo Don Teo Hernández. Los de Paco García revalidan la Copa Castilla y León con un triunfo sobresaliente ante el Hereda San Pablo Burgos, el segundo en una semana, tras un triple casi sobre la bocina de Greg Gantt que sirvió para alzarse con el cetro regional por segundo año consecutivo.
Siete días después del partido en Torrelavega, Real Valladolid Baloncesto y Hereda San Pablo Burgos se volvían a ver las caras, aunque en un contexto distinto. En Pisuerga y no en Torrelavega, con la Copa Castilla y León en juego, vallisoletanos y burgaleses comenzaron el choque con mucho ritmo y acierto. Eso sí, fueron los azulinos quienes golpearon primero con un parcial de 0-9, corriendo y castigando al contraataque.
Esa distancia inicial se mantuvo durante buena parte del cuarto merced al gran acierto de los visitantes. Aguataron el chaparrón de triples los blanquivioleta y comenzaron a crecer desde la defensa, subiendo líneas de pase, frenando ataques y minimizando errores. De atrás hacia adelante, la mejoría se trasladó a la parcela ofensiva y el Real Valladolid Baloncesto hizo gala de fluidez y buena circulación de balón para remontar.
Pantzar y Mazaira asumieron la vitola de ejecutores y sumaron unos puntos vitales para mantenerse a tiro de un Hereda San Pablo Burgos que fue frenado en seco. Con mucho ritmo, acierto y buen juego, los de Paco García lograron subsanar el parcial inicial y cerraron el primer acto con ventaja (21-19).
El Real Valladolid Baloncesto, aprovechando que los de Paco Olmos estaban sin bases por las lesiones de Corbalán y San Miguel, presionó mucho el balón del Hereda San Pablo Burgos y sacó rédito, mucho rédito, a base de forzar pérdidas y arañar segundos a sus posesiones. Por si fuera poco, la intensidad que mostraron los vallisoletanos hizo que Joey van Zegeren, ex blanquivioleta, cometiera su tercera falta personal y se retirara al banquillo al inicio del segundo cuarto.
El conjunto local, que continuó progresando en todas sus facetas, otorgó peso ofensivo a un Romaric Belemene que va de menos a más en la puesta a punto. Y el jugador africano volvió a responder con buenos minutos. El contexto del partido, no obstante, cambió radicalmente. Del acierto y las canastas en el primer periodo se pasó al dominio de las defensas en el segundo, aunque ningún equipo se impuso con claridad (28-32). La inercia, eso sí, volvió a ser favorable para un UEMC Real Valladolid Baloncesto que apretó en la recta final y llegó al descanso con un descomunal triple sobre la bocina de Melwin Pantzar (36-34).
Los 11 puntos del base sueco, precisamente, le convertían en el máximo anotador del encuentro hasta el momento. No era casualidad. Más ordenado, circulando bien la bola, con fluidez y tiros liberados, el Real Valladolid Baloncesto había dado un paso al frente en ambos lados de la pista y, de una tacada, mostraba una notable mejoría en los debes vistos en anteriores partidos.
Los de Paco García confirmaron su evolución manteniendo el nivel de concentración e intensidad ante uno de los grandes transatlánticos de la categoría. Real Valladolid Baloncesto y Hereda San Pablo Burgos no dieron tregua y las alternativas se sucedieron en el marcador, aun de nuevo fueron los pucelanos quienes pudieron pegar un estirón al final del cuarto.
Emergió la figura de Kevin Allen, quien anotó cinco puntos consecutivos y forzó la cuarta falta personal de Joey van Zegeren. Los locales se pusieron 53-48 arriba y llegaron a tener hasta siete puntos de ventaja, pero un triple de Álex Barrera sobre la bocina, dando la réplica del descanso, apretaron la contienda a falta de diez minutos (58-54).
La canasta insufló energía a los burgaleses, que comenzaban a pagar el esfuerzo del sábado ante Zunder Palencia. Los blanquivioleta se sumieron en un atasco generalizado durante varios minutos, circunstancia que aprovecharon los de Paco Olmos para dar la vuelta al encuentro (60-61). Pero, nuevamente, el Real Valladolid Baloncesto no le perdía la cara y volvía a dar un paso adelante.
Kevin Allen acabó con la amenaza de Van Zegeren sacándole la quinta personal y se adueñó de la pintura. El pívot norteamericano lideró un parcial de 6-0 (66-61) y capitalizó las posesiones blanquivioleta, metiendo al conjunto rival en bonus, por si fuera poco. Aunque respondieron los azulinos poniendo las tablas de nuevo (67-67), un triplazo de Melwin Pantzar dio al RVB tres puntos de ventaja capitales (70-67) a falta de dos minutos, tiempo en el que sucedieron muchas cosas para elaborar el guion perfecto.
El acierto no acompañó en las posesiones críticas y hasta en dos ocasiones no pudo anotar el Real Valladolid Baloncesto. Pero llegó a los 45 segundos con cuatro puntos de ventaja (71-67) y opciones de llevarse el partido y la Copa. No obstante, y a pesar de que Kacinas erró desde el triple, Álex López cazó el rebote ofensivo y acertó desde la larga distancia para obligar a los locales a la épica (71-70). Parecía el fin puesto que quedaba poco tiempo, pero Kevin Allen anotó, Calvin Hermansson se dejó un tiro libre por el camino y, con 11 segundos restantes, Paco García diseñó una jugada redonda que Greg Gantt ejecutó con un triple que dejó la Copa en Pisuerga. Teo Hernández, desde arriba, sopló para que entrara el lanzamiento y posteriormente vio como el equipo de su vida brindaba a su salud con el cetro regional.