Una receta fácil y rica para evitar el exceso de grasa en verano: lasaña de calabacín y atún

A todos nos gusta la pasta, pero no las grasas en abundancia, por eso el calabacín puede ser uno de los mejores sustitutos para hacer una deliciosa lasaña que tanto se nos antoja de vez en cuando. Entre miles de opciones, nuestra nueva receta fusiona verduras veraniegas con atún, y unas deliciosas capas crujientes con queso. La lasaña de calabacín y atún conquistará los paladares de niños y adultos, y es uno de los platos más sencillos que puedes hacer. Precisamente, durante la época estival, los platos ligeros son los más demandados, por lo que te ofrecemos sustituir las capas de pasta por calabacín.

Además, en esta receta que incluimos en nuestra sección de gastronomía podrás comenzar a elaborarla prácticamente con productos que seguro que tendrás en casa. El calabacín ofrece un sabor suave y dulce que lo hace perfecto para intercalar las capas de la lasaña sin que tu familia o amigos echen en falta la pasta. Además, proporcionarán tu rica ración de verduras combinada con pescado sin necesidad de alimentos procesados ni grasas extra. Apunta todos los pasos y sorprende a todos en la mesa.

Ingredientes para 4 personas

1 cebolla
1 calabacín grande
3 dientes de ajo
1 pimieno rojo
2 latas de atún
1 bote de tomate natural
Orégano
Ajo en polvo
Pimienta negra
Queso rallado

Elaboración

Comenzamos la preparación de la lasaña picando la cebolla en dados pequeños y ponga a pocharla a la sartén con aceite. Durante esos minutos, aprovecha para pelar y trocear los dientes de ajo en trozos pequeños. A continuación, agrégalos a la sartén con la cebolla. Para completar el sofrito de la lasaña de calabacín, lava y pica un pimiento rojo en trozos. Añade a la sartén, junto con la cebolla y el ajo. El sofrito se debe cocinar a fuego medio durante unos 15 minutos hasta conseguir un resultado homogéneo. El siguiente paso es escurrir el aceite de las latas de atún y añadirlo al sofrito, dándole unas vueltas para integrar el sabor del atún con las verduras. Con el sofrito ya listo y reposando, precalentamos el horno a 220 grados.

Llega el momento de preparar los calabacines. En primer lugar, lava los calabacines, y sin pelar, comienza a cortar láminas a lo largo. Deben tener en torno a medio centímetro de grosor, de manera que quede una forma parecida a las láminas de pasta. Cuanto más regulares sean las láminas de calabacín, mejor será el resultado, ya que todas tendrán la misma consistencia y textura. Seguidamente, comenzar a montar la lasaña, y en una fuente o plato previamente engrasado, ponemos una capa de láminas de calabacín, cubriendo completamente el fondo del recipiente.

Seguidamente, añadimos unas cucharadas del relleno de sofrito y atún. A continuación, volvemos a añadir una capa de láminas de calabacín, y así, vamos intercalando ambos elementos. Al terminar ya los pisos de la lasaña, añade unas cucharadas de tomate natural por encima para darle jugosidad para que no quede seca en el horno. Después, añadimos queso rallado sobre la lasaña, al gusto, una cucharada de orégano, una pizca de pimienta negra y un poco de ajo en polvo para condimentar la lasaña de atún y calabacín.

Ya la tenemos lista para meterla al horno durante media hora a 220 grados. Una vez que el calabacín esté cocinado y el queso fundido, ya tenemos una lasaña deliciosa y muy saludable a base de verduras y pescado, con el toque final del queso rallado gratinado. ¡Solo queda cortarla y a deleitarse!