Segunda entrega dedicada a recordar a aquellos jugadores que dejaron una huella reciente entre los aficionados del Real Valladolid. En esta ocasión es turno para hablar de uno de los delanteros que más se ganó el cariño de Zorrilla, como es Sergio Pachón. El exdelantero madrileño, que también pasó por las filas del Leganés, Getafe, Rayo Vallecano, Cádiz y Fuenlabrada, con el que se retiró a los 39 años, guarda con mucho cariño sus tres años y medio en Pucela, donde aprendió la fortaleza de la unión y la humildad, al tiempo que acumuló experiencias que han sido las causantes de que haya tenido una extensa carrera y un olfato goleador nato.
Pachón a sus 21 años pasó de jugar con el Leganés en Segunda División a hacerlo con el Real Valladolid en Primera. Un sueño hecho realidad que nuestro protagonista de esta ocasión jamás pensó que fuese a materializarse cuando tres años antes se batía el cobre en plazas más enfangadas. El ariete pasó de jugar en Regional siendo juvenil con el equipo del barrio a debutar en la máxima categoría del fútbol nacional en el Estadio José Zorrilla. Pachón llegó a un Real Valladolid que por aquel entonces contaba con un equipo histórico que tenía en su plantilla a jugadores con más de 300 partidos en Primera División, como Eusebio o Caminero.
Los 19 goles que marcó en 26 partidos con el Leganés fueron su salvoconducto hacia la élite. El Real Valladolid, que presidía por aquel entonces Nacho Lewin, se empecinó en hacerse con sus servicios y con los de su compañero Antonio López, y juntos emprendieron camino hacia Valladolid, donde hallaron un vestuario plagado de históricos que les acogieron como a si fueran sus hijos. Marcos, Santamaría, Caminero, Eusebio o Torres Gómez, entre otros, fueron sus padrinos. Jugadores que les transmitieron magníficos valores y que pudieron crecer tanto en el plano deportivo como personal.
Los pesos pesados del vestuario hicieron ver a Sergio Pachón que la fuerza de un equipo residía en la unión, sobre todo en los momentos de angustia en la pugna por la salvación. En su primer año como blanquivioleta en la temporada 2000-2001, el ariete madrileño disputó 30 partidos consecutivos y marcó 7 goles hasta que se rompió el cruzado de la rodilla en un entrenamiento. Una grave lesión que le mantendría nueve meses en el dique seco, casi toda la temporada siguiente. Sin duda alguna, fue una etapa muy dura para el madrileño quien volvió a sufrir la misma lesión que tuvo en su primer año en Primera en el Getafe.
Pese a la lesión, la predisposición y la fuerza que entregó en su recuperación le ayudó a restablecerse y volver con asiduidad a las alineaciones blanquivioletas en la campaña 2002-2003, en la que actuó en 27 partidos y marcó 4 goles. Eso sí, menor fue su participación al curso siguiente, en el que acabaría aceptando una cesión en el mercado de invierno al Getafe ante la irrupción del portentoso Ariza Makukula. En el conjunto azulón, Pachón entró con el pie derecho y su romance con el gol contribuyó a que el equipo llegase a la última jornada dependiendo de si mismo para ascender a Primera por vez primera en su historia.
El Getafe viajaba a Tenerife, y allí, Pachón sacó un repóquer. Anotó cinco goles para una victoria final por 5-3 que llevaría al club azulón hasta la cúspide, y como no, a él le colgarían merecidamente los honores de héroe. Sensiblemente embriagado por la emoción del recuerdo de aquellas vivencias de 2004, las cuales precedieron a un verano en el que llegó a hacer la pretemporada con el Real Valladolid de Segunda después de haber ascendido a Primera con el Getafe. Un mercado donde el Pucela ficharía a Aduriz, lo que la competencia fue mayúscula durante aquella pretemporada. Las dudas de Pachón por seguir o no en Valladolid eran cada vez mayores, acentuadas por el interés del Getafe que apostó muy fuerte por hacerse con sus servicios. Así, jugó dos años más con el Getafe en Primera, donde siguió aportando su voluntarioso esfuerzo.
Marcó 9 goles en 64 partidos hasta que en la 2007-2008 decidió dar un salto atrás hasta la Segunda División B y al Rayo Vallecano, con el que volvería a mejorar sus registros goleadores para contribuir a conseguir el ascenso a Segunda División. Categoría en la que seguiría dos años más y enrolado en las filas de Vallecas. En total, tres campañas en las que anotaría 35 goles entre todas las competiciones. Después pasaría una temporada por el Cádiz en Segunda División B, antes de recalar en el club en el que acabaría retirándose con 39 años y 123 goles en el zurrón, el Fuenlabrada. Pachón no tenía pensado retirarse, pero el poder de convicción del Getafe para introducirlo en la formación de las categorías inferiores pesó más y empezó su carrera como director de la cantera azulona.