Un Promesas de dulce y enrachado

El crecimiento del Real Valladolid Promesas continúa con el paso de las jornadas. A pesar de la juventud, el filial blanquivioleta sigue construyendo su camino a través de la entrega en cada uno de los seis partidos disputados hasta el momento, lo que le ha permitido encadenar cinco victorias consecutivas.

Su senda comenzó con derrota en un duelo en el que el balón no quiso entrar, pese a disponer de ocasiones para ellos. Pero el tropiezo le hizo aprender y una semana después inició en el Anxo Carro su racha. De hecho, en el siguiente partido en Zamora logró su primera portería a cero y ya acumula tres. Además, tuvo que ponerse el mono de trabajo en todos estos duelos, no dejó de luchar y en dos de ellos marcó el gol del triunfo en el tiempo de añadido.

Un momento dulce que le ha llevado al primer puesto del Grupo I de Segunda Federación, donde también es el máximo goleador (12) y el único equipo que cuenta sus partidos como visitante por victorias. Además, tiene a Chuki, ahora lesionado, como uno de los principales anotadores con tres tantos -solo superado por Carlos López, del Bergantiños FC, con cuatro-.

Y es que esta racha es la mayor por parte del Promesas en una categoría superior a Tercera, aunque ya la consiguió en la temporada 1995/96. Con Javier Yepes como entrenador, el filial pucelano venció al Logroñés B, Aurrera, Bermeo, Real Sociedad B y Langreo, precisamente, en el mismo tramo de la temporada -aunque con diferente orden de jornadas por el aplazado de este curso ante el Zamora-. En aquella ocasión en el estreno empató (0-0) contra el Izarra, por lo que llegó a la séptima fecha, en la que cayó, con 16 puntos -uno más que ahora-.

Así, 27 años después, el Promesas se impuso en la jornada 3 al Polvorín FC, en la 1 al Zamora CF, en la 4 al Coruxo FC, en la 5 al Bergantiños FC y en la 6 a la RS Gimnástica de Torrelavega. Un logro que espera batir este domingo (16.45 horas) en su visita al CD Arenteiro, ya que, según explicó Julio Baptista el pasado sábado, el equipo “sigue en crecimiento” y serán los propios jugadores los que pongan “el techo”. Unos futbolistas que en el último compromiso, con una media de edad de inicio de 20,27 años, dieron otro importante paso en la evolución individual y colectiva.