1 año y 5 días junto a 3 años y 29 días es el tiempo que llevan dos familias de la provincia de Valladolid sin ver a sus seres queridos que desaparecieron sin dejar rastro en la localidad de Tordesillas. Teodoro Sánchez Bravo y Simona Camelia Melu son dos personas con una gran diferencia de edad, pero que a ambos les une la desgracia por su desaparición sin resolver en Tordesillas. Y es que los dos siguen en paradero desconocido sin que las batidas y las búsquedas policiales dieran sus frutos y la angustia sigue presente en sus familias.
Teodoro Sánchez Bravo de 95 años desapareció el pasado 2 de agosto en Tordesillas sin que, después de poco más de un año de aquel desolador día, se haya conseguido ninguna pista. Todo comenzó cuando las hijas de Teodoro iban a prepararle el desayuno como cada mañana y ese día se dieron cuenta de que su padre no estaba en casa, ni siquiera había pasado la noche allí. Tordesillas se volcó el pasado verano en buscar al vecino nonagenario con batidas junto a un amplio dispositivo de búsqueda con medios aéreos y terrestres, humanos y técnicos, pero el resultado siempre era el mismo, nada. El rastro de Teodoro se esfumó de Tordesillas, sin que haya un solo indicio de lo que le pudo pasar al hombre.
A día de hoy, la alerta de su desaparición sigue activa de la mano de la Asociación SOS Desaparecidos, con todos sus datos e imagen. Teodoro Sánchez, actualmente tendría 96 años, y cuando se le perdió la pista medía 1’60 metros con un peso de 60 kilos. Físicamente, tenía el pelo corto, liso y canoso con ojos marrones y de complexión delgada.
No solo la desaparición de Teodoro es una incógnita sin resolver en Tordesillas ya que el caso de Simona Camelia Melu está aún por determinar para saber qué es lo que ocurrió con la joven de 15 años y vecina de Nava del Rey aquel 9 de julio de 2019 cuando fue vista por última vez en Tordesillas. La joven que ahora alcanzaría la mayoría de edad sigue en paradero desconocido después de que la noche de su desaparición saliera de su casa en Nava del Rey para verse con una amiga. El grupo de amigos de Simona barajaba la posibilidad de que se marchara voluntariamente con su pareja, a quien precisamente la noche que desapareció la joven fue a ver a Tordesillas, según comentaba otro de sus amigos. Desde entonces, la familia de origen rumano y residentes en la localidad de Nava del Rey no tiene noticias de la joven desde hace ya más de tres años.
Camelia Simona tendría ahora 18 años, y en el momento de su desaparición medía 1’65 metros y pesaba unos 55 kilos. Además, tenía el pelo largo, liso y de color castaño con los ojos marrones. La última vez que su familia la vio llevaba un pantalón vaquero negro, una chaqueta negra con una tira rosa fluorescente y calzaba zapatillas.
Los registros de la Asociación SOS Desaparecidos cuentan con otros dos vallisoletanos que siguen en paradero desconocido, Carlos Martín Dueñas desde el 24 de noviembre de 2017 y María Dolores Sánchez Moya el 24 de julio de 1990. Carlos desapareció en la zona de Campo Grande en Valladolid capital y desde entonces su familia no sabe nada más de él. Por su parte, María Dolores hace ya 32 años que dejó a su familia de Medina del Campo y nadie más conoce su rastro.
Todas las alertas de estas desapariciones siguen activas y aunque la esperanza es lo último que se pierde, sus paraderos parecen estar alejados, quizá algunos de manera voluntaria y otros forzosamente. La Asociación SOS Desaparecidos tiene a disposición los teléfonos 649 952 957 y 642 650 775 por si alguien tiene alguna información o pista de estos vallisoletanos.