«Miedo, ansiedad o depresión» son algunos de los episodios sufridos por las enfermeras de Valladolid desde el inicio de la pandemia

Ante la situación excepcional derivada de la pandemia por COVID-19, el Colegio de Enfermería de Valladolid (COEVA) puso en marcha en el mes de abril de 2020, al poco de decretarse el estado de alarma, el servicio de atención psicológica para paliar el estrés e impacto emocional que entonces estaban viviendo las enfermeras y enfermeros.

Desde entonces, el Servicio del Colegio ha atendido 150 consultas y al menos 56 profesionales han requerido un seguimiento continuado por estrés, ansiedad o depresión que ha mermado su calidad de vida y con impacto en su situación personal. El miedo y desconocimiento ante una nueva enfermedad y posteriormente la presión asistencial, así como la falta de elementos básicos de protección para trabajar con seguridad y el material adecuado, al inicio de la pandemia, generaron un sobreesfuerzo y estrés adicional para la profesión.

«Hay que recordar que en ese momento se sabía muy poco sobre la enfermedad, y cómo contagiarse, faltaban equipos de protección adecuada y teníamos miedo por generar contagios tanto a pacientes, como al resto del equipo y al llegar a casa, a nuestros familiares», relata Silvia Sáez, presidente del COEVA. A ello se unía la presión ante una enfermedad nueva y tener que habituarse a trabajar con indumentaria especial durante más de 8 horas diarias sin haber tenido una preparación previa. «Para el Colegio era fundamental en ese momento de crisis apoyar a las compañeras y compañeros y proveerlos de todos los mecanismos necesarios para su auto cuidado», agrega Silvia Sáez.

«Somos personas y profesionales comprometidas, pero no somos héroes, como en algunos casos se nos ha querido ver y por eso es más lacerante la sentencia reciente de un juzgado de Jaén donde se negaba la demanda de medidas de protección y se solicitaba sacrificio y cesión de nuestros derechos», insiste la presidenta del Colegio de Enfermería de Valladolid.

Desde el Colegio, se vio que después de los momentos más duros de la emergencia, podrían surgir problemas de salud mental, ya que las enfermeras han tenido que hacer frente a situaciones muy duras e individuales que han podido agravar su estado de salud. En esta crisis se ha visto la importancia de las enfermeras y los enfermeros para proporcionar atención a los pacientes. Las enfermeras son los profesionales de la salud que más riesgo tienen porque son los que más tiempo y de forma más directa, han atendido y siguen atendiendo a estos pacientes con COVID-19, pacientes que necesitan cuidados continuados durante muchos días.

La situación vivida y que todavía persiste en esta sexta ola, debe servir para prevenir y tomar decisiones para hacer frente a futuras crisis, donde es primordial contar con la visión de la Enfermería en la toma de decisiones para la organización asistencial, «también por ello hemos sido de los profesionales más demandados tanto para la atención a la hospitalización como en las Unidades de Vigilancia Intensiva (UVI)», agrega la presidenta del Colegio de Enfermería.