Nadie se resiste a una buena comida o cena de picoteo. Por eso te traemos un entrante que nunca falla y además con una receta tradicional pero también arriesgada, mejillones con salsa de tomate picante. Un clásico de las abuelas y que serán para los amantes del picante, pero como siempre se puede adaptar a todos los gustos. Los mejillones son infalibles en una celebración con una mesa de picoteo que se pueden combinar con unas patatas cocidas o cualquier otro complemento.
Los mejillones que nos viene de la costa se ha adaptado a todos los rincones de la Península con diferentes recetas, pero las más habituales y demandadas son a la marinera o con vinagreta. Y lo del añadido picante es siempre para gustos claro pero una alegría siempre está bien en este tipo de entrantes. Además se trata de una receta fácil y que no te llevará demasiado tiempo, eso sí siempre y cuando no tengas que lavar los mejillones tu mismo. Los ingredientes que necesitarás para preparar mejillones para unas cuatro personas son los siguientes, un kilo de mejillones, 400 gramos de tomate triturado, una cebolla, dos dientes de ajo, dos cayenas, una cucharadita de azúcar, sal, aceite de oliva y perejil fresco picado.
Una vez preparados los ingredientes comenzamos a elaborar la salsa. Lo primero que tenemos que hacer es pochar la cebolla y los ajos todo bien picadito y con una pizca de sal en una cazuela con un chorro de aceite de oliva hasta que empiece a coger un poco color. Ahora, añade el tomate triturado, una pizca de sal y azúcar. Cocina a fuego lento hasta que reduzca. En segundo lugar, abre los mejillones, y para ello cogemos otra olla con agua y tapa. Enciende el fuego y espera a que se abran. Retira una de las conchas dejando solo una con el mejillón. Una vez reducido el tomate de la salsa, incorpora las cayenas y un par de cazos del agua de cocción del mejillón.
Seguidamente, mezcla bien y tritura en el vaso de la batidora. A continuación, vierte la salsa en la cazuela y coloca los mejillones dentro. Baña bien con la salsita y espolvorea un poco de perejil picado para darle un mayor sabor. Ahora, ya solo queda emplatar y servir a tus comensales esta rica receta, acompañada de un buen vino blanco.