UGT y CCOO han expresado su «satisfacción» por el acuerdo alcanzado la pasada semana con la reforma laboral, tras más de nueve meses de negociaciones, por el que se modifican tanto aspectos centrales de la reforma laboral llevada a cabo por el Partido Popular en 2012, como materias de otras reformas que han devaluado profundamente los derechos laborales y salariales en nuestro país.
«Este acuerdo es un hito indiscutible en la historia del país, porque es un acuerdo pactado, ambicioso y que supone una recuperación nítida y una mejora evidente de derechos laborales de la clase trabajadora», apuntan los sindicatos.
La reforma está articulada en base a tres elementos fundamentales: recupera los equilibrios y el valor de la negociación colectiva, limita la contratación temporal y aborda medidas de flexibilidad interna como alternativas a los despidos a través del Mecanismo RED.
El reequilibrio de la negociación colectiva es absolutamente clave para CCOO y UGT. En la reforma laboral de 2012 se puso en cuestión la pervivencia de los convenios colectivos. Si no se llegaba a un acuerdo en un convenio este podría desaparecer. En este momento hemos recuperado la ultraactividad de los convenios colectivos, de la misma manera que hemos revertido la norma por la que los convenios de empresa podían disminuir las condiciones laborales de los trabajadores y, sobre todo, de las trabajadoras. Ya no habrá convenios de empresa por debajo de los convenios sectoriales, y volvemos a una negociación colectiva articulada entre sector, territorio y empresa.
España lleva mucho tiempo siendo el campeón de Europa en temporalidad. Con este acuerdo se elimina el contrato de obra o servicio y se limita la utilización de la temporalidad. El contrato eventual que surge de esta reforma podrá alcanzar los seis meses prorrogables hasta doce en negociación colectiva, frente a los cuatro años a los que podía llegar el de obra o servicio.
En Castilla y León la foto al cierre de 2021 enfoca a 80 convenios pendientes de firma, cuya firma tiene que ser reactivada, sin embargo, gracias a que la reforma laboral aprobada ayer recupera la ultraactividad, sindicatos y patronal podemos disponer de más tiempo para alcanzar mejores acuerdos en estos convenios, al seguir vigentes aunque hayan decaído.
En materia contractual, con la obligatoriedad que se marca en la reforma de dar fin, en un periodo de entre 3 y 6 meses, a la concatenación de contratos temporales, es el momento de que en nuestra Castilla y León se termine, de una vez por todas, con la temporalidad que ha imperado en los últimos años, con de 1 de cada 4 contratos es temporal.
En este sentido, en el sector agroalimentario de Castilla y León, tan importante para nuestro PIB, vamos a poder abordar dos puntos clave: la desregulación de la mano de obra, ya que con esta reforma laboral los temporeros pasarán a la situación de fijos-discontinuos; y se pondrá fin al mensaje de los empresarios del sector que, año tras año, se han quejado de las dificultades para encontrar mano de obra.
En cuanto a los ERTE, utilizados durante la pandemia para evitar la destrucción masiva de puestos de trabajo, han supuesto algo inédito en España y es que, en la mayor crisis económica conocida, por primera vez no se haya destruido más empleo que lo que caía la economía. UGT y CCOO veníamos reclamando medidas que restringieran el despido, habilitando fórmulas de adaptación temporal de jornada.
En Castilla y León, atendiendo al tejido empresarial y a sus actividades, se observa en la última década, las empresas han recurrido, de forma inmediata, a los ERTE para abordar cualquier problema que, en realidad, no tenía por qué soportar las plantilla (falta de componentes, dificultades en la entrega de materias primas en el sector logístico…). En este sentido, hemos reclamado medidas para restringir los despidos y fórmulas para una adaptación temporal de jornada. Estos planteamientos han sido recogidos en el denominado Mecanismo RED, herramienta que va a permitir a los sindicatos mayoritarios de nuestra Comunidad poder evaluar la situación real, lo que permitirá la adaptación temporal de la jornada de trabajo, el cobro de una prestación social que no consuma el desempleo de las personas trabajadores a cambio de restricciones en el despido.
En definitiva, para CCOO y UGT este acuerdo consolida un «cambio de tendencia en la regulación y la legislación laboral, suponiendo un punto de inflexión después de 20 año ininterrumpidos de reformas lesivas para la clase trabajadora, que los dos sindicatos seguirán profundizando, con nuevas reformas y propuestas, en los próximos meses».
Además, desde ambos sindicatos se remarca la derogación de la Disposición Adicional decimosexta del Estatuto de los Trabajadores porque significa que en Castilla y León va a haber alrededor de unas 85.000 personas trabajadoras de la Administración Pública que no van a poder ser despedidos por causas económicas, ni técnicas, organizativas ni de producción; es decir, que el trabajo decente también deberá prevaler en nuestras Administraciones.
Desde UGT y CCOO en Castilla y León queremos destacar también los importantes acuerdos a los que se ha llegado en los últimos 21 meses de pandemia, como la Ley de Pensiones (que CEOE no firmó), o los que han permitido utilizar los ERTE COVID como herramienta para la protección del empleo, sin olvidar el ingente trabajo que ambas organizaciones llevan a cabo, con fondos propios, en la negociación de los Planes de Igualdad que, por ley, tienen carácter obligatorio en las empresas.