Los postres más típicos del Día de Todos los Santos para endulzar la llegada del frío en el mes de noviembre

Estamos en esas fechas en las que a todos nos llama mucho un dulce. No solo ya por estas tardes frías de otoño, sino porque con las fiestas de Halloween y el Día de Todos los Santos se nos vienen a la cabeza los típicos postres que no te puedes resistir a comer uno solo. Ahora estás pensando en un rico buñuelo de nata, en un hueso de santo o los inconfundibles panellets de Cataluña. Sin olvidar también las tartas y bizcochos de calabaza, o bien un buen cuenco de castañas asadas. En una nueva entrada de nuestra sección de gastronomía te dejamos algunas recetas de los postres más típicos de este mes de noviembre.

No necesitas ser un manitas muy preparado en la repostería para ser el rey de estas fiestas en casa, pero sí te recomendamos que sigan al detalle los pasos. Una vez que hayas hecho estas tres ideas de postre, ya nos contarás con cual te quedas o bien cual de ellas te ha salido mejor. Así podrás sorprender a tu familia y amigos durante estos días de reencuentros hogareños. Todo ello sentará mejor con un rico café recién hecho. Allá vamos, todo el mundo a los fogones.

Huesos de santo

Ingredientes para 18 unidades

200 gramos de azúcar
100 mililitros de agua
150 gramos de almendra molida para el mazapán
100 gramos de azúcar
50 mililitros de agua
4 yemas de huevo para el relleno

Elaboración

El primer paso es cocer al fuego un almíbar fuerte con el agua y el azúcar y añadimos la almendra revolviendo muy fuerte hasta formar una especie de pasta. Dejamos enfriar durante unos minutos. Ahora haremos el dulce de yema, preparando un almíbar fuerte en el fuego con el azúcar y el agua. Seguimos para batir las yemas de los huevos solas y añadimos a chorrito el almíbar mientras revolvemos. Posteriormente, echamos de nuevo en la cazuela donde se ha hecho el almíbar y lo ponemos al baño maría, revolviéndolo todo hasta que se espese. Hay que tener mucho cuidado de que no llegue a hervir, ya que podríamos correr el riesgo de cortar la crema. Dejamos enfriar.

Ya comenzamos a hacer el montaje de los huesos, en primer lugar, amasamos el mazapán y lo estiramos con el rollo de cocina sobre una superficie espolvoreada con azúcar glas. Cortamos tiras de cuatro centímetros aproximadamente, y seguidamente, en forma de cuadrados. Comenzamos a enrollar cada cuadrado en un palo de un centímetro. Procedemos a pegar la masa con los dedos para formar unos pequeños cilindros y echamos azúcar glas. Las sacamos del palo, dejándolas secar y rellenamos con dulce de yema.

Panellets caseros

Ingredientes para 55 unidades

2 huevos
250 grados de azúcar
350 gramos de almendra molida
300 gramos de boniato, aproximadamente una unidad mediana
100 gramos de azúcar glass
10 gramos cacao en polvo
100 gramos de coco rallado
Almendras en bastones para decorar

Elaboración

Iniciamos la receta poniendo a cocer el boniato pelado y troceado en agua. Cuando esté tierno escurrimos y aplastamos. En un bol mezclamos uno de los huevos con el azúcar y la almendra. Añadimos el boniato y mezclamos hasta obtener una pasta más o menos homogénea. Cubrimos con film y dejamos en la nevera unas seis horas. Posteriormente, después de ese intervalo de tiempo, separamos la masa en tres partes iguales y a una de ellas le añadimos una cucharada de cacao en polvo, a otra una cucharada de coco rallado y la tercera la dejamos igual.

Con todas las masas formamos pequeñas bolas y las rebozamos de tal modo que la masa de cacao la empapamos en azúcar glas, la masa de coco la rebozamos en coco rallado y la masa de boniato por almendra. Precalentamos el horno a 180ºC. Ahora seguimos batiendo el huevo reservado y con un pincel de cocina pintamos cada uno de los panellets de almendra antes de colocarlos sobre una bandeja del horno cubierta con papel. Colocamos la bandeja en la parte central del horno y horneamos unos 15 minutos o hasta que los panellets de almendras comiencen a dorarse, sin llegar a quemarse. Sacamos del horno y los dejamos enfriar completamente antes de meterlos al frigorífico.

Buñuelos de viento rellenos de nata

Ingredientes para 4 personas

125 mililitros leche
75 gramos harina de trigo
2 huevos
50 gramos de mantequilla
Una cucharada de postre de azúcar
Una pizca de sal
Piel de limón
Medio limón
Canela en rama
Azúcar glass
Para decorar
Aceite de girasol o de oliva suave para freír

Elaboración

El primer paso para preparar los buñuelos rellenos de nata es hacer la masa de los buñuelos de viento. Comenzamos a aromatizar la leche y para ello, ponemos en una cazuela la piel de limón, la canela en rama, la leche y la mantequilla. Ponemos el cazo a fuego medio removiendo poco a poco hasta que se derrita la mantequilla y la leche empiece a hervir levemente. Removemos con unas varillas para mezclar los sabores y retiramos la piel del limón y la canela en rama. A continuación, añadimos el azúcar y una pizca de sal. Seguimos removiendo bien hasta disuelva el azúcar y una vez que la leche empiece a hervir, apagamos el fuego y añadimos toda la harina -previamente tamizada-, de golpe. Ahora tenemos que remover con energía con una cuchara hasta obtener una masa uniforme. Podrás saber si está en su punto cuando la masa se separe de las paredes del cazo y tengamos una masa compacta. En este punto, tenemos que dejar que la masa pierda un poco de temperatura durante unos minutos.

A continuación, pasamos la masa a un bol y añadimos los huevos de uno en uno. Batimos un poco el huevo para que se integre mejor, lo añadimos a la masa y mezclamos poco a poco. Al principio costará un poco pero a medida que vayamos removiendo, la masa de los buñuelos de viento irá absorbiendo el huevo. Es importante remarcar que hasta que no esté bien integrado en la masa el primer huevo, no añadamos el siguiente. Cuando la masa haya absorbido los huevos y tengamos una masa espesa ya tendremos la masa de los buñuelos lista. Ponemos en una sartén amplia con abundante aceite, vamos cogiendo porciones de la masa y las vamos echando a freír, empujando con la otra cucharilla, con el aceite a temperatura suave-media. Cuando echemos la masa en el aceite se va a ir al fondo y segundos después, el buñuelo subirá a la superficie, se inflará y se irá dando la vuelta él solo a medida que se vaya cocinando. Si no se dieran la vuelta, les ayudaremos con una cuchara o una espumadera.

Una vez que los buñuelos de viento empiecen a estar dorados, los sacamos con una espumadera, escurrimos bien el aceite y los colocamos sobre papel absorbente. Estamos ya terminando nuestros ricos buñuelos y una vez fuera los pasamos por azúcar y les damos un corte con unas tijeras para rellenarlos después con la nata montada. Con la ayuda de una manga pastelera rellenamos los buñuelos con nata en el hueco que le hemos hecho y espolvoreamos por encima con azúcar glass. Y ya tenemos listos nuestros buñuelos rellenos de nata, una receta tradicional propias de las abuelas de nuestra región, y que sigue encandilando a generaciones y generaciones.