Los cinco emblemáticos espacios que más echan de menos los vallisoletanos

Los tiempos avanzan y cambian en la ciudad de Valladolid. La capital vallisoletana vive una transformación en los últimos años que va dejando atrás algunos espacios y lugares que muchos de ellos fueron imprescindibles para la vida social de los ciudadanos. Algunos de esos rincones que ya seguro que estás pensando les hemos dicho adiós hace ya tiempo aunque otros su cierre y desaparición ha sido muy reciente y que todavía en muchas ocasiones no nos hacemos a la idea. Ahora, en estos míticos espacios han resurgido otros negocios o viviendas, aunque los vallisoletanos siempre mirarán estos lugares con recuerdos y melancolía.

Algunos de los espacios que los ciudadanos de Valladolid más echan de menos en esta recopilación que te vamos a detallar a continuación son los Cine Roxy que cerraron sus puertas a principios de 2014 tras 78 años de vida en la capital del Pisuerga. La apertura de estos cines históricos de Valladolid supuso un antes y un después en la vida de los vecinos puesto que tenían en pleno centro de la urbe la oportunidad de llevar tanto a sus hijos como a sus padres al cine a ver los estrenos, incluso en plenos años de guerra. Todas las familias vallisoletanas tienen alguna historia que contar en las salas o butacas de los Cines Roxy puesto que allí algunos conocieron al amor de su vida u otros porque no faltaban a la cita con sus amigos.

Hoy, cientos de transeúntes pasan a diario por sus puertas, y que ahora en la actualidad se alberga un casino que fue inaugurado en 2016 y como homenaje a la historia de la ciudad, sus actuales dueños conservan el nombre de Roxy. Sin salir del centro de Valladolid, también recordamos el cierre, en este caso más reciente, de El Corte Inglés de Constitución que dijo adiós a finales de este mes de febrero después de convertirse en un referente del comercio vallisoletano durante décadas y décadas. En estos momentos, el edificio está completamente desmantelado y en obras puesto que sobre su estructura se construirá un hotel de lujo y un enorme Zara.

También hace apenas unos meses, concretamente en mayo, la histórica confitería Cubero se despidió de la calle Pasión tras 65 años en funcionamiento. Una de las peculiaridades de Cubero no solo fue su deliciosa confitería sin que en el interior de su local residía el Museo del Dulce con recreaciones de edificios emblemáticos de Valladolid hechos de azúcar. Un rincón que los vallisoletanos más golosos echan de menos porque los pasteles de Cubero eran únicos e irresistibles a cualquier hora del día, tanto por las mañanas frías como en una tarde de primavera. Los propietarios de Cubero se vieron en la obligación de bajar la trapa puesto que no encontraron un relevo familiar que siguiera con la tradición.

Muchos bares y discotecas icónicas para los vallisoletanos ya son también historia y a más de uno se le viene a la mente miles de anécdotas cuando pasa por sus puertas. Es el caso del mítico Penicilino situado en la Plaza de la Libertad y que después de 150 años de vinos y zapatillas tuvo que echar el cierre por encontrarse bajo un edificio totalmente en ruinas. La fama del Penicilino llegó mucho más allá de la vida de los vallisoletanos puesto que nosotros mismos recomendábamos a todo aquel que nos decía que iba a visitar Valladolid que tenía que ir al Penicilino. Si por algo pasó a la historia este histórico bar fue por su conocido Peni, un vino tostadillo de Santander que se convirtió en la bebida más característica del establecimiento y que pasó de generación en generación.

La esencia de beber los Penis era hacerlo en vasos pequeños de cristal acompañados de unas zapatillas de Portillo. A día de hoy, el edificio donde se situaba El Penicilino ha sido derrumbado puesto que el dueño decidió hacer una rehabilitación completa, y en este espacio se construirán nuevas viviendas. Otros de los bares que nos dijeron adiós y que también los recordamos con nostalgia son El Aire con sus míticos cubos de cerveza, La Portuguesa, Los Billares de la Catedral, Cachilandia o Las Patatas de Blas. Asimismo, en cuanto a las discotecas y pubs de Valladolid, echamos de menos Sotabanco, La Antigua Discoteca y sus ‘sex on the beach’, Mambo, Siete Siete o Jaleo.

Por último, y aunque todavía no está desmantelado, pero se encuentra actualmente sin vida es el centro comercial Equinoccio ubicado junto a la localidad de Zaratán. Un espacio que empezó a quedarse sin tiendas, bares, cines y servicios tras la apertura de otros centros comerciales en Valladolid, como Río Shopping, y que a día de hoy, ninguna empresa ha ofrecido una inversión para potenciar este rincón que todavía cuenta con una infraestructura moderna y amplia. Estos son solo algunos de los lugares emblemáticos que nos han dicho adiós recientemente, pero Valladolid ha despedido en la última década muchos más negocios y espacios de ocio inolvidables para todos y cada uno de sus vecinos.