El Real Valladolid Baloncesto regresó a la senda de la victoria y consiguió un triunfo en el barro ante el Club Ourense Baloncesto. Sin brillantez, trabajando y entendiendo el ritmo que demandaba el partido, los de Paco García se escaparon en la recta final para lograr la quinta victoria del curso, con un cuatro de cuatro en Pisuerga. En una fecha especial, Greg Gantt fue homenajeado por alcanzar los 100 partidos oficiales con la camiseta pucelana, y recibió una camiseta conmemorativa en su encuentro número 101.
Realizados sendos actos en los prolegómenos del encuentro, Pucela Basket y Club Ourense Baloncesto pasaron a la acción y abrieron el encuentro de la octava jornada. Un intercambio de golpes estéril fue el primer escenario planteado en un encuentro que tuvo un inicio frío y errático por parte de los dos bandos. Aunque la iniciativa la llevaron los gallegos, las rentas que manejaron fueron mínimas, de apenas cuatro puntos, y al término del primer asalto todo quedó en tablas. Un buen sprint final de los locales sirvió para empatar la contienda 15-15 con un gran Kevin Allen, que firmaba ocho puntos por el momento y volvía a demostrar su gran estado de forma.
El conjunto orensano, jugando muy abierto y castigando al perímetro blanquivioleta, afinó la puntería y comenzó a sumar de tres en tres en un nuevo cuarto igualado. Hasta cuatro triples de seis intentos anotaron los visitantes en un periodo en el que a los locales les costó correr y jugar transiciones rápidas. Sin la principal arma de los locales, el conjunto de Paco García sufría para encontrar su ritmo. Para más inri, el acierto tampoco acompañaba y la diferencia entre un aro y otro era importante. Al descanso los gallegos estaban en un 5/11, mientras que los vallisoletanos en un ínfimo 2/10, a pesar de que muchos de ellos fueron liberados. Con todo y con eso, el buen trabajo atrás permitió que la descanso la desventaja fuera mínima para las ardillas con 33-35.
La buena noticia para el Real Valladolid Baloncesto radicaba en que, a pesar de la diferencia de acierto de unos y otros y la desigual lucha en el rebote con el 17-24 mandaban los de Ourense, los de Guillermo Arenas estaban a tiro. Pero, tras los primeros 20 minutos de igualdad, al cuadro de Paco García le tocaba dar un paso adelante. Acción, reacción. La arenga del descanso cumplió con la premisa y las ardillas salieron con otro aire a la pista, su pista, en la que no habían perdido hasta la fecha. Los castellanos rápidamente revirtieron el guion y se hicieron con la manija del encuentro tras un gran parcial de salida. Ahora sí, el Pucela empezaba a estar en su salsa.
El equipo blanquivioleta cerró su pintura y solventó el problema del rebote para poder lanzarse al contraataque y el juego comenzó a fluir. De menos a más, el Real Valladolid Baloncesto fue creciendo con el paso de los minutos, cada vez más cómodo, cada vez más certero, y mantuvo el nivel defensivo atrás para escaparse cual hormiguita. Así, la ventaja aumentó hasta los ocho puntos, máxima de las ardillas, liderados por un Sergio de la Fuente que firmó 9 puntos en el tercer periodo, el cual concluyó 60-54.
A pesar de la igualdad en el marcador, las sensaciones habían cambiado diametralmente y los pucelanos encararon el asalto definitivo con la inercia a su favor. Aunque Fran Pilepic golpeó con dos triples consecutivos para enfriar a las ardillas, estas volvieron a subir una marcha más para escaparse de manera definitiva. Mazaira, con buenos minutos al ‘tres’, y Pantzar dieron la réplica para poner un suculento +10 que abocaba a Guillermo Arenas al tiempo muerto a falta de cinco minutos y medio. Ese estirón y esa brecha de 10 tantos fueron suficientes para terminar de cerrar el triunfo. Los de Paco García aguantaron el tipo, resistieron las acometidas del Club Ourense Baloncesto y se apuntaron el quinto triunfo de la temporada. Con ovación a Greg Gantt y minutos para Pablo Martín, el Real Valladolid Baloncesto mantuvo la imbatibilidad en casa -cuatro de cuatro-, y demostró que también sabe ganar sin brillantez con un marcador final de 86-76.