La Seminci se despide en una gran gala de clausura plagada de estrellas y buen cine

La 66ª Seminci se ha despedido en la noche de este sábado, 30 de octubre de 2021, en una fastuosa gala de clausura donde se ha hecho entrega oficial de sus Espigas y reconocimientos cinematográficos. Eva Marciel y Elena Sánchez han conducido una ceremonia armonizada, como ya sucedió en la gala inaugural, por los acordes melódicos de los conjuntos musicales Glass Glassy y el Trío Caracol.

La actriz Ruth Gabriel ha sido responsable de la entrega de premios Castilla y León en Corto (a Alberto Velasco por El Rey de las flores, que dedicó el premio a «la ola de grandes promesas con mucho que decir» que supone la hornada de cineastas castellanoleoneses) y la Espiga Verde (para Cyril Dion por Animal, que calificó el cambio climático y la extinción de las especies como «el reto más grande al que tenemos que hacer frente»). La integrante del Jurado Arcoiris Yolanda Moreno otorgó la correspondiente Espiga que reconoce el mejor cine LGTBQ+ a Adrián Silvestre por Sedimentos, que acompañado por la actriz Magdalena Brasas defendieron la dignidad, visibilidad y acogida que merece el colectivo trans). Una novedad de esta edición fue el recién creado Premio Fundos, dedicado ex aequo a Writing with Fire y Hive, que José Luis García Vázquez entregó a la actriz protagonista de esta última, Yllka Gashi: «No tengo palabras para describir mi agradecimiento» dijo quien calificó su película como «un homenaje a todas aquellas mujeres y familias que sufren».

Tras un interludio musical a cargo del Trío Caracol, la directora Eloísa Solaas hizo entrega de los premios DOC.España (a El vent que ens mou de Pere Puigbert, que acompañado por el productor David Gimbernat agradeció «la confianza por este tipo de cine»). También se entregaron los respectivos premios Tiempo de Historia al mejor cortometraje (When we were bullies), segundo premio (Corsini interpreta a Blomberg y Maciel, momento que aprovechó Mariano Llinás para pedir el premio Princesa de Asturias al historietista español Francisco Ibáñez) y primer premio (ex aequo My childhood my country y Writing with fire). Phil Grabsky, codirector de la primera, agradeció el galardón en español y lamentó que su codirector, «atrapado en estos momentos en Kabul», no pudiera acompañarle en este momento.

A continuación, Farnoosh Samadi, José Luis Montesinos y Romina Paula dieron pie a la entrega de los premios Punto de Encuentro; el que otorga el Jurado Joven (Persona non grata de Lisa Jespersen, «feliz de poder comunicarse a través de las películas»), el mejor corto extranjero (Les Criminels de Serhat Karaaslan, «agradecido por la invitación, la hospitalidad y el fallo del jurado»), la Noche del Corto Español (Infantas, de Andrea H. Catalá, satisfecha de que el Festival «reserve este tipo de espacios para contar este tipo de historias») y el mejor largometraje y premio del Público Punto de Encuentro (ambas Mes frères et moi, que recogió su propio director, el «emocionado y orgulloso» Yohan Manca).

Tras otro interludio musical, Elisa Moulia dio comienzo al reparto de premios para las películas a concurso en Sección Oficial. Los iraníes Behtash Sanaeeha y Maryam Moghaddam recibieron el premio Pilar Miró al mejor Nuevo Director por El perdón, que recogió en su nombre Gonzalo Miró. Teresa Font entregó a Fred Baillif el premio José Salcedo al mejor montaje por La Mif, una película que también recibió una mención especial en el palmarés de la 66ª Seminci: «Todas las actrices que han participado en esta película, aunque no son profesionales, han hecho un trabajo increíble».

Precisamente de actores siguió yendo la gala de clausura de la 66ª Seminci, con la mención del premio al mejor actor (Yuriy Borisov por su trabajo en Compartment Nº6) y con Eduardo Blanco entregando el premio a la mejor actriz, de nuevo para Yllka Gashi por Hive: «Es el momento más especial de mi carrera como actriz, significa mucho recibir un premio de uno de los festivales más longevos y prestigiosos que existen», dijo, tras lo cual apeló a los puntos en común entre España y Kosovo y a su deseo de que ambas establecieran relaciones diplomáticas a la mayor brevedad.

La ceremonia hizo anuncio a continuación de la entrega del premio Jurado Joven (La peor persona del mundo) y el doblete de Mejor Cortometraje Europeo y Espiga de Oro para Affairs of the Art. Posteriormente, con la participación de Elisa Moulia, se entregó a los directores del cortometraje Mi última aventura, Ramiro Sonzini y Ezequiel Salinas, la Espiga de Plata: «Estamos agradecidos al cine y a las películas que vimos antes de hacer la nuestra», declararon.

De igual manera que la gala de inauguración acogió la entrega de la Espiga de Honor para Juan José Campanella, la gala de clausura se reservaba un reconocimiento a la trayectoria profesional más, esta vez para el director de fotografía Vittorio Storaro, entregado nada menos que por Carlos Saura: «El primer premio a mi carrera lo recibí con 25 años, por eso me considero afortunado: nunca he visto que sea el premio al ‘final’ de una carrera», resaltó. «Considero más bien que se trata del reconocimiento a un recorrido, y creo que el lenguaje de la luz es como el de la literatura, trasciende a su propia autoría», concluyó, con un emotivo abrazo a Saura y un caluroso aplauso por parte del público asistente.

La recta final de la gala comenzaba a dibujarse, con una versión de Francisco Alegre y Olé a cargo del Trío Caracol. Daniel Oliveira entregó el premio Fipresci a La peor persona del mundo a Joachim Trier (que lo agradeció mediante videollamada), y Carlos Aganzo otorgó el premio del público de Sección Oficial a Neus Ballús y Miriam Porté por Sis dies corrents («Agradecidas a un público que ha disfrutado al acercarse a ver una película de gente corriente para gente corriente»). Por su parte, Sergio Cabrera otorgó el premio a la mejor fotografía a Akiko Ashizawa por Vengeance Is Mine, All Others Pay Cash (La venganza es mía, todos los demás pagan en efectivo), de Edwin, y Elsa Fernández Santos hizo lo propio con el premio Miguel Delibes al Mejor Guion para Paul Schrader por The Card Counter. Tanto Ashizawa como Schrader, que deseó volver a Valladolid «tal vez en Semana Santa».