La primera se queda en casa

La primera se queda en casa del Real Valladolid Baloncesto. Los vallisoletanos solventaron una mala primera parte en la que llegaron a ir 15 abajo para remontar en la segunda con un juego brillante por 73-66. Maj Kovacevic se vistió de héroe en la recta final y anotó 24 puntos, 16 en el último cuarto y prácticamente consecutivos y sin fallo, para certificar un triunfo coral y vital para encarar la serie. Y desde un primer momento quedó claro que era un partido de playoffs, no de liga regular. ICG Força Lleida comenzó anotando las primeras posesiones y plantó una presión a todo el campo, tímida, pero que era toda una declaración de intenciones.

Los de Gerard Encuentra, así, se hicieron con las primeras ventajas por 2-8 ante un Real Valladolid Baloncesto nervioso y errático en el tiro. Porque los de Paco García lanzaron buenos tiros, liberados y tras una buena circulación, pero los triples no acompañaban. Ni siquiera las segundas y terceras oportunidades servían para anotar, firmando un escaso balance de dos puntos en seis minutos con un duro 2-12. El técnico vallisoletano, obligado a mover ficha, pidió tiempo muerto y trató de levantar al cuadro castellano, que comenzó, por fin, a sumar puntos. Melwin Pantar salió desde la banca y vio la luz con un triple, imprimiendo otro ritmo al equipo, que fue creciendo con el paso de los minutos. La mejoría, como no podía ser de otra manera, llegó desde la defensa. Los locales comenzaron a frenar las ofensivas ilerdenses, aunque sin recortar apenas la desventaja (10-18).

Con tres tapones, la labor de Lucas N’Guessan estaba siendo fundamental para sellar la pintura blanquivioleta, aportando también en ataque, pero el Pucela Basket estaba varias marchas atrás de un ICG Força Lleida que seguía escapándose con el 11-24. Los castellanos trataron de acercarse, de inquietar, pero el cuadro catalán siempre encontraba una respuesta en ataque para dar la réplica. Y es que los locales comenzaron a afinar la puntería y anotar, pero los visitantes también hacían lo propio, corriendo a placer y volando en Pisuerga. Con esa tónica transcurrió casi todo el segundo cuarto, aunque algo comenzaba a cambiar en la pista blanquivioleta. Los locales lo intentaban y amenazaban con remontar, los visitantes volvían a poner tierra de por medio.

Cada envite era castigado por los de Gerard Encuentra, aunque Pisuerga, poco a poco, comenzó a meterse en el partido y a dar alas a los suyos. Y tanto va el cántaro a la fuente… que el Real Valladolid Baloncesto acabó colocándose a tiro de los foráneos tras un triple casi sobre la bocina de Kuiper con 10 puntos al descanso que cerraba la primera mitad (35-42). Había vida, mucha vida, para las ardillas. A pesar de haber ido hasta 15 puntos abajo, los pucelanos solventaron su nervioso inicio con un gran final de segundo cuarto que daba esperanzas. No obstante, el camino pasaba por mejorar los porcentajes de acierto con 3/15 en tiros de dos, y cometer menos pérdidas que el rival (5-1), aunque la salida de vestuarios del Real Valladolid Baloncesto dio todavía más argumentos para el optimismo. Mike Torres ejerció de faro y asumió galones para, con cuatro puntos consecutivos, avisar a ICG Força Lleida de que el Pucela ya estaba ahí.

El Pucela Basket regresó al parqué con más intensidad defensiva y con mayor lucidez en ataque para ponerse a tiro en apenas unas posesiones (44-47). Pisuerga rugía queriendo desnivelar la balanza como tantas veces a lo largo del año y las ardillas se contagiaban, creciendo, yendo a más, y recogiendo los frutos con los visitantes en bonus, cuarta falta personal de Sidibe y a solo tres puntos (46-49). Un gigante Sergio de la Fuente estaba causando estragos en la zona, aunque el desacierto en los tiros libres impidió a los locales dar la vuelta a la contienda, pero el guion había cambiado por completo. Lejos quedaba la primera mitad y los 15 de desventaja con una inercia cada vez más blanquivioleta que se tradujo en la primera ventaja del partido que amargó Juani Marcos con un triple sobre la bocina y desde su campo para cerrar el tercer acto (51-53). Pero no fue un jarro de agua fría para un RV Baloncesto caliente, muy caliente.

Cada vez más agresivo y buscando constantemente el aro, metió en problemas de faltas a los del Barris Nord cuando aún quedaban siete largos minutos por disputar. A la postre acabó siendo capital para el saco de los tiros libres y sirvió para catalizar una reacción demoledora. Los locales esperaron su momento, tuvieron paciencia y volvieron a obrar la de Manel Comas y el mazo para golpear cuando el rival ya no tiene tiempo de reacción. Y Maj Kovacevic llevaba el mazo, el fusil y todo el arsenal posible. El de Novo Mesto entró en ebullición a la hora de la verdad, la de los valientes, y forzó tres tiros libres con una falta del vallisoletano Miguel González. Sin fallo, sumó los primeros tres puntos de una serie casi sin fallo y que se fue hasta los 16 casi consecutivos. Triple tras triple, desde una esquina, desde la otra, frontal… daba igual porque llovían las balas desde la larga distancia del héroe esloveno.

El ’20’ se fue hasta los 24 tantos y noqueó por completo a Gerard Encuentra y sus pupilos, sin respuesta una vez que se puso por delante el cuadro del Pisuerga. Los de Paco García, así, tuvieron la paciencia necesaria y el saber estar para jugar con el crono a su favor y la ansiedad del rival, que lo fio todo al acierto de tres. Pero no era el día. La magia del Pisuerga volvió a hechizar un encuentro que se quedó en casa para poner el primer tanto de la serie con el 73-66 final. El sábado a las 19.00 horas, segundo asalto de la eliminatoria.