La peor manera de acabar la fase regular: muchas dudas en el Pucela Basket

El Real Valladolid Baloncesto no fue capaz de imponerse en la cancha del Baloncesto Fuenlabrada y cierra la liga con derrota por 85-58. Los de Paco García no estuvieron acertados ni brillantes en un partido trabado y en el que volvió Martynas Zigmantavicius después de casi tres semanas lesionado, pero no lograron despedir la fase regular con una victoria para tomar impulso. Tras una primera parte igualada, en la segunda los locales se escaparon y cerraron el encuentro con margen y placidez. Baloncesto Fuenlabrada, así, comenzó ganando la partida en la pintura de inicio y se encomendó a sus interiores para hacerse con la manija del partido. Los puntos de McGrew y Abu encontraron la réplica blanquivioleta desde la larga distancia, a base de triples, de la mano de Schmidt y Puidet.

Un intercambio de golpes para abrir la contienda que mantuvo las tornas igualadas, aunque con los madrileños siempre por delante (14-12). Ambos entrenadores comenzaron a mover sus piezas y llegaron las primeras rotaciones, con mención especial para Zigmantavicius, de vuelta después de casi tres semanas lesionado. Y le fue comiendo terreno el RVB a los locales. La buena dirección del lituano, sumada a los puntos de Sergio de la Fuente y la intimidación y nivel defensivo de Kabasele, hicieron que los pucelanos dieran la vuelta a la tortilla tras un arreón, con parcial de 2-7, que cerró el primer periodo (22-23). Pero esa inercia cambió por completo en el segundo. Los vallisoletanos se atascaron y sufrieron ante el paso adelante defensivo de un Fuenlabrada que siguió haciendo daño en el rebote ofensivo.

Con esos dos factores a favor de los azules y la falta de anotación del Pucela Basket, los de Toni Ten se escaparon (31-25). Paco García pidió tiempo muerto y reaccionaron tímidamente las ardillas, a pesar de que el partido se trabó. Una técnica contra los locales permitió a los castellanos recortar distancias, aunque las pérdidas y la falta de puntería -siete puntos en todo el cuarto-, hicieron que al descanso mandase Baloncesto Fuenlabrada (35-30). El Pucela Basket no le perdió la cara al partido y se mantuvo en esos márgenes tras el paso por vestuarios, intentando, sin éxito por el momento, de voltear el resultado ante un efectivo Baloncesto Fuenlabrada. Los de Toni Ten defendieron ese botín durante muchos minutos, sacando rédito de sus interiores, aunque el buen hacer de los blanquivioletas permitió meter a los locales en bonus con cinco minutos de cuarto por disputarse (41-36).

Tras mucho tiempo a remolque y remando, llegó el momento de levantarse para un Pucela Basket que propició esa réplica. Dos pérdidas de los locales, castigadas con puntos al contraataque por parte del Pucela colocaron a los de Paco García a tiro de los fuenlabreños y Toni Ten se vio abocado a pedir una tregua. Tiempo muerto, llamada a filas, y reacción inmediata de los madrileños, que subieron prestaciones en defensa. Volvieron a atascarse las ardillas, sin brillo, ni lucidez, ni acierto, circunstancia que aprovecharon los azulones para abrir una brecha que fue definitiva. Con un 55-46 terminó el tercer cuarto, pero la desventaja creció hasta los 19 tantos (65-46) a falta de solo cinco minutos por disputarse y tras un parcial de 10-0.

Los visitantes anotaron sus primeros puntos del periodo en el ecuador del mismo, y no pudieron ofrecer resistencia en la recta final del encuentro. Tocaba arriar velas y reservar esfuerzos para lo que está por venir, que no es poco. Sin historia ni contratiempos, la fase regular de la LEB Oro finalizó con derrota por 85-58 para el real Valladolid Baloncesto, que ahora sí y por fin, llega a la hora de la verdad. Tras siete derrotas consecutivas, el RVB se medirá al Longevida San Pablo Burgos en una eliminatoria al mejor de cinco por un billete en la Final Four.