La Junta inicia el procedimiento para homologar los suministradores de energía térmica a edificios en Valladolid Oeste y Huerta del Rey

La Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl), dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, ha abierto el procedimiento de homologación de suministradores de energía térmica para las redes de calor sostenible Valladolid Oeste y Huerta del Rey. Desde el pasado miércoles, 20 de julio de 2022, está disponible en la página web de la empresa pública Somacyl el pliego de condiciones técnico-administrativas para la obtención de la acreditación de suministrador homologado. Este procedimiento está enmarcado en el proyecto de la Junta de Castilla y León, que el 17 de mayo licitó las primeras obras de la red de calor sostenible Valladolid Oeste para abastecer a 10.200 viviendas y 67 edificios, con una inversión de más de 36 millones de euros.

Los suministradores homologados son personas físicas o jurídicas que desarrollan su actividad como empresa de servicios energéticos, y que, una vez superado el procedimiento de homologación que ahora se abre, van a ser las encargadas del suministro y venta final de la energía térmica útil de las redes de calor sostenible citadas a los edificios privados, de uso residencial o terciario.

El procedimiento de homologación, de carácter abierto e indefinido en el tiempo, tendrá como principales requerimientos para las empresas que deseen acreditarse: estar inscritas como empresa de servicios energéticos de acuerdo con lo establecido en el Real Decreto 56/2016 de 12 de febrero; estar inscritas como empresa instaladora y mantenedora según RITE, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en edificios; y cumplir determinados criterios de solvencia económica y financiera, y disponer de un adecuado seguro por riesgos profesionales.

Además del suministro final de la energía, como parte del acuerdo firmado con los usuarios, los suministradores homologados ejecutarán, operarán y mantendrán las subestaciones de intercambio térmico ubicadas en cada edificio, de acuerdo con las exigencias técnicas y administrativas establecidas por Somacyl. Los suministradores homologados, tras el análisis de la información proporcionada por los propietarios de los edificios, presentarán una propuesta técnico-económica en firme para llevar a cabo su conexión a la red y el correspondiente suministro de energía térmica desde la misma.

Las tarifas de la red de calor constarán de dos términos, de manera similar a otros tipos de energía: por un lado, un término fijo anual, dividido en 12 mensualidades iguales, que responde a la necesidad de ejecutar instalaciones específicas para suministrar energía térmica desde la red a cada uno de los edificios. Será por tanto un coste específico para cada edificio en función de la obra que haya que realizar para su conexión al sistema; de otro lado, un término variable por energía consumida, resultado de multiplicar el precio unitario por la energía térmica útil real entregada al edificio, medida en el contador instalado a tal efecto en la subestación.

En todo caso, la Junta de Castilla y León, a través de Somacyl, limitará el precio unitario a un máximo a 0,0765€/kWh útil, lo cual podrá generar ahorros de más 30 % para los usuarios respecto a los elevados costes actuales de los combustibles fósiles. Aunque la red de calor Valladolid Oeste no entrará en funcionamiento hasta la campaña de calefacción 2023-2024, los contratos con los suministradores homologados se podrán firmar de manera inmediata por los usuarios, no conllevando ningún desembolso económico hasta que se inicie el suministro de energía térmica.

La red de calor suministrará energía térmica renovable para atender las demandas de calefacción y agua caliente sanitaria de todos los edificios, tanto públicos como privados con calefacción comunitaria, que estén interesados en conectarse. Las ventajas para los futuros usuarios son la ausencia de equipos propios de producción de calor y chimeneas sin averías, reposiciones, riesgos de combustión, ruidos y vibraciones, costes de mantenimiento; ahorro en la factura energética; reducción de costes de mantenimiento y de renovación de calderas o la mejora de la calificación energética de los edificios al utilizar una fuente de energía renovables.