Estreno con derrota para el Real Valladolid Baloncesto

Derrota en el caos para el Real Valladolid Baloncesto en su estreno. El cuadro de Paco García cayó en la cancha del Grupo Ureta Tizona Burgos después de una formidable primera parte y una segunda en la que no pudo sujetar el frenético juego de los locales, más acertados en la recta final. Un desconcertante arbitraje tampoco ayudó en un partido plagado de tensión y alternativas que, sin embargo, cayó del bando local en los dos últimos minutos. A pesar del resultado, no obstante, el Real Valladolid Baloncesto llegó a Burgos con la lección aprendida del precedente copero y salió con otra versión, con el ‘modo competición’ activado. Y qué versión. Los vallisoletanos comenzaban la liga, lo de verdad, y los de Paco García lo dejaron claro desde que se lanzó la bola al aire. Vaya si lo hicieron. Devin Schmidt sumó cinco puntos a las primeras de cambio y los visitantes tomaron la iniciativa (2-7), pero el juego rápido y arriesgado de los burgaleses evitó que se abriera la brecha.

Grupo Ureta Tizona Burgos, con un baloncesto alegre, frenético y de muchos tiros, comenzaron a lanzar de tres sin reparos y dieron la vuelta al marcador presumiendo de acierto (12-11). Los blanquivioleta, conscientes de que debían dominar los tiempos, consiguieron frenar el ímpetu y acierto local y en el segundo intento, pusieron tierra de por medio después de que Sergio de la Fuente anotase su décimo punto. El capitán estaba desatado. Y todo el equipo en general. No tardó Paco García en mover sus peones y cada jugador que entraba al parqué respondía con creces. Atrás y adelante, en ambos lados de la cancha, el RVB continuó con la escapada y completó 10 minutos sobresalientes que le otorgaron un botín de 13 puntos con un 20-33. Un cuarto de exhibición coral y total.

La mejor noticia para las ardillas fue que no quedó ahí el altísimo nivel demostrado. Mientras que los de Diego Ocampo apostaban por el perímetro y el lanzamiento exterior, el Pucela Basket causaba estragos en la pintura y dominaba la lucha por el rebote, lo que sirvió para aumentar la renta hasta los 16 tantos (24-40). Fue la máxima del partido y un punto de inflexión favorable a los locales. El técnico local pidió tiempo muerto y los pucelanos perdieron el orden por momentos, dejándose parte de la renta por el camino, aunque rápidamente apagaron el fuego. Los burgaleses amenazaron con bajar de los 10 puntos, pero dos canastas consecutivas de Mike Torres y el gran trabajo defensivo coral mantuvo un botín importante. Pero esa resistencia no duró mucho más. Los burgaleses, que venían con una mejor inercia, terminaron de encenderse tras un conato de tángana en la recta final de la primera parte, la cual finalizó con 40-49 en el marcador.

Nueve tantos era el botín logrado por un Real Valladolid Baloncesto que dio una exhibición durante 15 minutos y se sumió en el desorden durante cinco. Dominando el rebote con 10-18 y 32 puntos en la pintura, lanzando con buenos porcentajes, todos los jugadores con minutos y la anotación repartida, los de Paco García estaban firmando una grandísima actuación en El Plantío, aunque restaban 20 minutos para rubricarla. Grupo Ureta Tizona Burgos salió con una intensa presión a todo el campo y siguió fiando sus opciones al triple, con un ‘run and gun’ marca de la casa que surtió efecto en las primeras posesiones (50-56). El Pucela Basket, obligado a minimizar errores y no cometer pérdidas, se sumió en ese ritmo alocado y sufrió mucho, pero también respondió desde la larga distancia.

Ocho puntos consecutivos de Ramón Vilà dilapidaron la trabajada ventaja blanquivioleta, aunque dos triples de Devin Schmidt y Jaime Fernández permitieron mantenerse por delante (58-62). Pero lo cierto era que el sino de la contienda había cambiado. Los pucelanos no lograban dominar la pintura como antes y los de El Plantío, con un público cada vez más metido, aprovecharon las segundas opciones para igualar el partido a 63-63. Los visitantes, sin embargo, llegaron al último asalto por delante tras un nuevo estirón. El partido se iba a decidir por detalles y los blanquivioleta metieron en bonus a los azulinos en un visto y no visto. Cuatro faltas personales en apenas minuto y medio y un mundo por jugarse daban al Real Valladolid Baloncesto la posibilidad de sacar petróleo de los tiros libres. Pero los de Diego Ocampo, lejos de amilanarse, siguieron respondiendo con acierto desde el perímetro. Dos triples consecutivos los pusieron por delante (73-70) en una nueva réplica con acierto de tres.

El ritmo del partido se cayó por completo entre falta, paradas y revisiones, y el Real Valladolid Baloncesto, ahora sí, logró imponer el poso que necesitaba. Los de Paco García comenzaron a defender las frenéticas posesiones del Grupo Ureta Tizona Burgos y comenzó a aflorar la veteranía de los blanquivioleta. Los tiros libres de Mike Torres, un seguro desde el 4.60, y un triple de Devin Schmidt, dieron aire a los pucelanos, obligando a los locales a pedir tiempo muerto con el 74-78. Y con esa diferencia mínima llegaron ambos conjuntos a los dos últimos minutos. Las muñecas se agarrotaron y los vallisoletanos no fueron capaces de dar la puntilla en varias posesiones, ni los burgaleses hicieron lo propio con triples liberados, pero estos salieron mejor parados. Las ardillas, desquiciadas por momentos, colapsaron en los minutos críticos.

Con 78-80 en el marcador, un triple con falta antideportiva en contra de los visitantes propició una inexplicable jugada de cinco puntos y posesión que puso la puntilla a un arbitraje inverosímil. Tras esa concesión, un nuevo triple de Joe Cremo con 18 puntos dejó el partido prácticamente visto para sentencia a falta de 40 segundos con el 86-82. A pesar de que la remontada pintaba harta complicada, los vallisoletanos lo intentaron hasta el último segundo, pero no surtió la épica. Los de Diego Ocampo no perdonaron y terminaron llevándose el encuentro (92-86) con más acierto en las posesiones vitales.