El Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid amplía el secreto de sumario en las diligencias sobre la investigación de la desaparición y la muerte de Esther López, la joven de Traspinedo. Su pista se perdió en la madrugada del jueves 13 de enero en las inmediaciones del restaurante La Maña de la localidad vallisoletana, y días después tras numerosas batidas en la zona, un paseante encontró el cuerpo sin vida de Esther el 5 de febrero en una cuneta de la carretera de acceso a Traspinedo.
La investigación solo mantiene bajo lupa a dos amigos de la joven que estuvieron con ella la noche que desapareció, Carlos y Óscar, y con medidas tras su detención a Ramón ‘El Manitas por tener contacto con ellas días previos. Tras un exhaustivo registro de la vivienda de ‘El Manitas’ y de los vehículos de los tres sospechosos no se encontraron restos biológicos de Esther por lo que no se puede comprobar su responsabilidad en su muerte.
El caso de Esther no para de lanzar interrogantes. Los últimos datos de la autopsia preliminar apoyan una de las hipótesis que ronda la investigación, el atropello. Esther tenía una rotura en la cadera y un latigazo cervical, posibles lesiones en un atropello. Aunque la posición en la que fue encontrado el cadáver no es habitual en estos accidentes. Esther apareció en la cuneta con la ropa puesta, en posición boca abajo y con los brazos y piernas en paralelo. Además, a su alrededor se encontraba su mochila y su móvil con el resto de pertenencias personales.
La Guardia Civil apunta a que Esther fue atropellada la misma noche que desapareció, aunque no han encontrado marcas de neumáticos en la carretera tras el supuesto impacto. En este sentido, sí que buscan un tipo de vehículo muy concreto, un todoterreno y de color azul.
Ahora las últimas informaciones aportadas por la investigación, según informa ‘Caso Abierto’, es que las lesiones que sufrió Esther no eran mortales, por lo que la persona que la atropelló la pudo dejar con vida abandonada en la cuneta, e incluso pudo arrastrarla desde la carretera. Además, según la reconstrucción de los hechos, Esther caminaba sobre las tres y media de la madrugada camino hacia Traspinedo, en el carril derecho de la carretera, de espaldas a los vehículos. También esta versión arroja que un coche de grandes dimensiones pudo golpear a la joven desde atrás de forma violenta.
Estos datos, avanzados por el citado canal de investigación, resaltan que «si quien la atropelló hubiese avisado a una ambulancia o la hubiera llevado al hospital, Esther se podría haber salvado. Tenía lesiones serias en el bazo y la cadera, pero no eran mortales». Esta hipótesis señala que Esther no podía moverse y murió congelada en aquella cuneta varias horas después sin ayuda.