El Pucela Basket empieza con mal pie los playoffs: el primer punto se queda en Burgos

El primer punto de la eliminatoria de playoffs, para el Longevida San Pablo Burgos. Los locales, superiores de principio a fin al Real Valladolid Baloncesto, se anotaron la primera de la serie en un encuentro en el que abrieron brecha ya en el cuarto inaugural merced a un gran acierto exterior y mantuvieron con solidez esa renta hasta el final con el 81-59. Imperiales en defensa, más acertados y con más fondo de armario, los de Jota Cuspinera no permitieron ni un atisbo de remontada ante un RVB desacertado, pero con arrestos para no bajar los brazos y pelear. Los blanquivioletas iniciaron con un 0-5 ante un pabellón muy metido desde el comienzo, especialmente con cada bola que tocaba Devin Schmidt. Buena puesta en escena, aunque no duró.

Los locales demostraron por qué son el equipo que más lanza de tres y el que mejor lo hace de la liga y varios aciertos desde más allá del arco evitaron que el Pucela se escapara en el marcador. De hecho, dos triples consecutivos de Micah Speight catalizaron un parcial abierto de 8-0 para los burgaleses que paró Paco García para evitar malos mayores. Los de la ciudad del Cid, pletóricos desde la larga distancia y aprovechando las pérdidas de los visitantes, firmaron un 5 de 7 y un parcial de 16-0 para reventar el cuarto en apenas tres minutos (31-16). La encerrona para Devin Schmidt estaba servida y varias acciones controvertidas, siempre en contra del norteamericano, terminaron por desquiciarlo ante la permisividad arbitral. Y entre tanto, Longevida San Pablo Burgos poniendo un severo +20 a base de triples. A pesar de los golpes, el RVB no se quedó en la lona y subió el nivel defensivo para levantarse tímidamente.

Dos triples seguidos de Jaime y Ziggy reanimaron a las ardillas y comenzaron a cimentar la remontada, al menos parcial, en el trabajo atrás. Con minutos para Lambás y un colosal Lotanna Nwgobo en la pintura, los de Paco García, pasito a pasito, redujeron la desventaja para alcanzar el descanso con vida con un 45-33. La consigna estaba clara, si el Real Valladolid Baloncesto quería tener opciones, debía desfondarse atrás y que el tanteo no se fuera a un marcador alto. Y corregir errores. Pero la teoría no se puso en práctica. Una nueva desconexión con dos pérdidas y sendas canastas fáciles de los azulones devolvieron la losa del +20 con el 55-35 y Paco García se vio obligado a solicitar una tregua. Los de Jota Cuspinera, imperiales en defensa y con un nivel físico muy superior, tenían otra velocidad y muchos más efectivos para sacar rédito de las rotaciones, lo que permitió ir asfixiando a los blanquivioleta con el paso de los minutos.

Así, liderados por Gonzalo Corbalán, los burgaleses mantuvieron en todo momento el botín y llegaron a los últimos diez minutos con el primer punto casi en la mano (62-41). Y ante esa tesitura, arrestos y orgullo para no bajar los brazos y evitar una desventaja mayor. Longevida San Pablo Burgos continuó rotando a sus hombres, moviendo el árbol y repartiendo minutos para mantener siempre esos 20 puntos de ventaja que a la postre decidieron el primer partido de la eliminatoria (81-59) ante un correoso RVB que aguantó lo que pudo ante un rival superior. El segundo envite de los playoffs, el domingo a las 19.15 horas, de nuevo en el Coliseum Burgos del Longevida San Pablo Burgos.