El patrimonio que viste las calles de Valladolid: Monumento a Felipe II

Una de las esculturas más significativas de la ciudad de Valladolid es el monumento a Felipe II, situado en la emblemática Plaza de San Pablo. Se trata de una obra escultórica con origen en 1964 dedicada al monarca vallisoletano y que hoy recordamos en nuestra sección de ‘El patrimonio que viste las calles de Valladolid’. El rey posa con gesto heroico mirando hacia el emblemático Palacio de Pimentel, la casa donde nació, y a la Iglesia de San Pablo, donde fue bautizado. No fue hasta mayo de 1964 cuando el Ayuntamiento de Valladolid presidido por Fernando Ferreiro solicitó a la Dirección General de Bellas Artes el permiso para una copia de la escultura en bronce de Felipe II, cuya obra original fue realizada por el escultor Pompeio Leoni y se conserva en la plaza de la Armería de Madrid.

La escultura en bronce instalada en Valladolid es una reproducción creada por Francisco Coullaut y está ubicada en el lugar donde nació y se crió Felipe II. El Monumento está compuesto por un pedestal con su insignia rodeado de la zona verde y de paseo, donde a día de hoy muchos jóvenes y mayores descansan y se toman selfies. La obra representa al monarca como un héroe con un jardín de cedros de Líbano como magnífico telón de fondo y anteriormente tuvo un estanque a sus pies. Tras su eliminación, hubo de cambiarse el pedestal para aumentar su altura, y en el mismo puede leerse ‘Valladolid a Felipe II’. En la actualidad, bajo el pedestal existe un jardín, rematado con un bloque de granito que tiene un escudo de Valladolid como motivo central.

Felipe II nació el 21 de mayo de 1527 en el Palacio Pimentel de Valladolid. Hijo, nieto, sobrino y padre de reyes, pasó a la historia como el ‘Rey Prudente’. En 1556, tras la abdicación de su padre, el emperador Carlos V, comenzaron sus 42 años de reinado. Alabado por unos, calumniado por otros que se suman a la leyenda negra que acompaña desde hace siglos al monarca, no cabe duda que Felipe II es uno de los reyes más universales de la historia. La Plaza Mayor de Valladolid fue reconstruida en 1561, tras un grave incendio, con la supervisión de Felipe II, quien dotó a su ciudad natal de la primera plaza mayor regular de España, cerrada y con soportales. El modelo fue tomado como ejemplo para otras del país, como la de Madrid.

Al final de su reinado, Felipe II logró que la Santa Sede elevase a Valladolid a rango de diócesis, para contar con catedral propia. El monarca no vio terminado el que se proyectó por Juan de Herrera como mayor templo de la Cristiandad, pero ni él ni nadie, ya que está incompleta al 45%. A pesar de que popularmente se dice que no se acabó porque el ‘Rey Prudente’ se llevó los fondos para construir El Escorial, el monasterio de la Sierra de Guadarrama ya estaba acabado para entonces.

Sin duda, el Monumento a Felipe II es una de las obras patrimoniales que visten a Valladolid de historia, elegancia y recuerdo. Cientos de personas caminan a diario a sus pies, y muchos turistas tienen como parada obligatoria frente a su escultura para conocer su historia y también la de los monumentos que le rodean como el Palacio Real, la Iglesia de San Pablo, el Museo de Escultura o el Palacio de Pimentel. Un espacio maravilloso que hoy en día es digno de recordar por todos los vallisoletanos porque este Monumento a Felipe II tiene mucha historia con todo lo que rodea a la capital vallisoletana.