El patrimonio que viste las calles de Valladolid: El Comediante

Ese viajero que aunque haga frío, niebla, llueva y truene mantiene su paso en la céntrica Plaza de Martí y Monsó de Valladolid. La escultura del ‘Eterno Viajero’ llama la atención de vallisoletanos y visitantes cada vez que pasan por esta zona de la ciudad, más conocida como la Plaza de Coca, a escasos metros de Poniente, por su sencillez y a la vez por la creatividad que transmite. Se trata de una obra escultórica del año 1996 de la mano de Eduardo Cuadrado y se instaló en su ubicación actual con motivo de la peatonalización de esta plaza que a día de hoy conforma uno de los rincones más concurridos de los días y noches vallisoletanas.

La estatua se encuentra frente al solar que ocupara en el pasado el único teatro que tuvo la ciudad hasta el siglo XIX, el viejo Teatro de la Comedia, que más tarde fue el Cine Coca hasta 2003. El Ayuntamiento de Valladolid encargó al escultor Eduardo Cuadrado una obra que reflejara el espíritu teatral tan arraigado en la ciudad, con un artista como homenaje a la figura del actor o comediante ambulante que lleva la cultura por diferentes pueblos y ciudades. Además, se eligió la Plaza de Martí y Monsó como emplazamiento histórico de las artes escénicas de la capital.

La figura está realizada a tamaño natural y en bronce. El hombre aparece cobijado por un gran paraguas que oculta su identidad, con ropa muy sencilla y empuñando una maleta vieja, con unas máscaras colgando a su espalda como guiño a la trayectoria del teatro en la ciudad del Pisuerga. El personaje transmite una actitud melancólica y cansada, por el carácter del oficio que obligaba a los artistas a desplazarse diariamente de un lugar a otro con su maleta y sus máscaras de la mano.

Además, esta figura es uno de los monumentos más queridos de los niños porque juegan a meterse debajo del paraguas, y aún es más gracioso si llueve e intentan quitarle la maleta. El Comediante comparte espacio con la Fuente de Las Sirenas, que fue instalada en el mismo año. El diseño de la fuente es obra de María Escribano, mientras que la escultura está firmada por Concha Gay.