El Hospital Clínico Universitario de Valladolid ha sido el primer centro sanitario español en lograr la acreditación con ‘nivel de excelencia’ en el cumplimiento del Decálogo para la Eliminación de la hepatitis C. Se trata de un indicador puesto en marcha por la Asociación Española para el Estudio del Hígado que muestra que este centro de Sacyl ha alcanzado un estándar superior de atención en el manejo de esta patología, lo que tiene implicaciones positivas tanto para los pacientes como para los profesionales y el sistema sanitario en su conjunto. Este decálogo, que cuenta con el apoyo de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica y de la Sociedad Española de Patología Digestiva, es una iniciativa estratégica que se enmarca en las directrices de la Organización Mundial de la Salud, que busca la erradicación de la hepatitis C como problema de salud pública para el año 2030.
Se basa en un conjunto de principios y acciones que deben ser llevados a cabo por las instituciones sanitarias para lograr la identificación y el tratamiento oportuno de los pacientes infectados por el virus de la hepatitis C. La acreditación con nivel de excelencia implica que una institución no solo ha aplicado con éxito estos principios, sino que también ha demostrado resultados sobresalientes en términos de eficacia, eficiencia y calidad en la atención a los pacientes, en un trabajo que ha sido liderado por la hepatóloga del Clínico, Rocío Aller de la Fuente, y que ha contado con la colaboración de diversos servicios del hospital. Desde la introducción de los agentes antivirales de acción directa en 2015 se ha tratado a cerca de 700 pacientes en el Clínico, alcanzando una tasa de Respuesta Viral Sostenida cercana al 100%.
Este índice de éxito casi perfecto no solo subraya el compromiso de los profesionales dedicados al tratamiento de estos pacientes, sino que también resalta la eficacia de los tratamientos actuales para la hepatitis C, donde los AAD han revolucionado el panorama terapéutico. Desde un punto de vista institucional, la acreditación con nivel de excelencia de la AEEH refuerza el prestigio del Hospital Clínico Universitario y su posición como líder en el campo de la hepatología, lo que puede resultar en una mejor colaboración con otras entidades y en una mayor atracción de recursos para la investigación. Adicionalmente, establece un ejemplo a seguir y una referencia para otras instituciones de salud que buscan mejorar sus servicios en la lucha contra la hepatitis C.
Al ser el Hospital Clínico de Valladolid el primero en España en lograr esta acreditación, esto sitúa a la institución a la vanguardia en el tratamiento y manejo de esta enfermedad en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. El hecho de ser pioneros en alcanzar este estándar de excelencia refleja un compromiso sólido con la innovación y la calidad en la atención médica, así como un liderazgo en la implementación de estrategias efectivas para el abordaje integral de la hepatitis C. Esto no sólo sienta un precedente importante para otros centros que buscan mejorar la atención en el manejo de la hepatitis C, sino que también establece un modelo replicable de buenas prácticas que pueden ser adaptadas y adoptadas en otros contextos clínicos.
El liderazgo del Clínico en este ámbito también implica una responsabilidad en términos de compartir conocimientos, contribuyendo así a la formación y al mentorazgo de otros profesionales y centros. Además, puede impulsar la participación en redes de investigación y colaboraciones internacionales, lo que permite intercambiar información valiosa y participar activamente en la generación de nuevo conocimiento científico en la lucha contra la hepatitis C. Los diez principios recogidos en el decálogo y que el Clínico ya ha puesto en marcha son implementar el diagnóstico en un solo paso en todos los servicios de diagnóstico para todas las determinaciones antiVHC positivo; adoptar un sistema eficaz de notificación o alertas de casos positivos tanto al médico solicitante como a las unidades responsables del tratamiento del VHC en cada área sanitaria; establecer la derivación directa a atención especializada de cualquier paciente diagnosticado con infección crónica por VHC.
Por otro lado, identificar a todos los pacientes mediante una búsqueda activa retrospectiva de casos positivos desde al menos el año 2015, y de forma periódica cada dos años; simplificar la evaluación pretratamiento en los pacientes con Hepatitis C crónica con o sin cirrosis compensada; simplificar la dispensación del tratamiento, propiciando la entrega de forma completa en una única visita y facilitando la monitorización del mismo e implementar el cribado universal en pacientes de riesgo; establecer el cribado en determinados grupos seleccionados de pacientes por factores de riesgo como mujeres embarazadas o pacientes atendidos en urgencias; implementar un diagnóstico descentralizado y simplificado para facilitar el abordaje de las poblaciones vulnerables; implementar la coordinación con centros de reducción de daños.
En el contexto de salud pública, este logro es un paso significativo hacia la meta de la OMS de eliminar la hepatitis C como un problema de salud pública para el 2030. Implica una reducción en la transmisión del VHC, y por ende, una disminución en la incidencia de nuevas infecciones. Es interesante destacar que la eliminación de la hepatitis C no solo tiene un impacto en la salud individual, sino también en la salud comunitaria, ya que disminuye la carga de la enfermedad a nivel poblacional y los costos asociados al manejo de sus complicaciones a largo plazo.