El Ayuntamiento de Valladolid ha desactivada en la mañana de este miércoles 17 de agosto la ‘Situación Preventiva’ del Plan de Acción contra la contaminación atmosférica, que estaba en vigor desde el pasado 4 de agosto por los elevados niveles del ozono. El viento y la bajada de las temperaturas han contribuido a la mejora de la calidad del aire en la ciudad y, en consecuencia, el área de Medio Ambiente ha decidido adoptar esta decisión conforme a la normativa vigente.
El Servicio de Medio Ambiente informa que ayer no se superaron en las estaciones de medida de la RCCAVA el valor de 100 µg/m3 de ozono, como valor medio octohorario. El ozono que se encuentra en capa baja de la atmósfera es un contaminante de carácter secundario y los vehículos de combustión emiten contaminantes que contribuyen de manera notable a esa formación del ozono en la atmósfera.
Precisamente, la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, detallaba en los últimos días en este periódico que el contaminante de ozono habitualmente en los meses centrales del año «suele dar bastantes problemas a las ciudades». Según nos explicaba la edil, se encuentra en la capa baja de la atmósfera y es un contaminante de carácter secundario, «los vehículos de combustión emiten contaminantes que contribuyen de manera notable a esa formación del ozono en la atmósfera pero se potencian muchísimo con el calor y la radiación solar».
Esta situación se repite a lo largo del verano en muchas ciudades españolas y municipios más pequeños debido a las altas temperaturas del periodo estival, y que este año además se ha incrementado aún más por las olas de calor que atraviesa la capital vallisoletana desde principios de junio, aunque ahora a mitad de agosto, está comenzando a descender gracias al cambio de la meteorología.
Además, este año se han incrementado los niveles de contaminación atmosférica pero en los dos últimos años, coincidiendo con la pandemia, los niveles han sido bastantes bajos por la pandemia, «pero estaremos pendientes de cómo evolucionan estos episodios de ozono -explica María Sánchez- porque está claro que el clima hace mucho pero también, evidentemente, que haya más vehículos circulando, como es en el caso de las ciudades».