El Atlético Valladolid ha reiniciado la Liga ASOBAL con una derrota en El Sargal, pista del REBI BM Cuenca, que llegaba a esta cita como el tercer clasificado de la competición. Los vallisoletanos jugaron un mal partido ante un rival muy duro y centrado en defensa, que frenó con eficacia el ataque de los gladiadores azules, mermado por las bajas. La falta de jugadores fue un escollo para los pucelanos que nunca encontraron su sitio en ataque y que sufrieron para anotar cada gol. Los errores, pérdidas y falta de fluidez en el juego de combinación del Atlético Valladolid pesaron demasiado y el Rebi Cuenca pronto agarró una ventaja suficiente con un 14-8 al descanso como para navegar con tranquilidad el resto del partido.
Una derrota dolorosa pero matizable debido a esas bajas, cruciales en posiciones clave como la del extremo derecho o laterales. El Atlético Valladolid ya comenzó a sufrir mucho en la primera parte, sobre todo en ataque, ya que el equipo vallisoletano no se encontró nunca cómodo ni dispuso de opciones claras para anotar con fluidez. Los 8 goles anotados en esta primera mitad fue un resultado muy pobre para los de Pisonero, que dio al Rebi Cuenca la ventaja y la tranquilidad suficientes para no sufrir demasiado con el resultado. Las bajas en el extremo derecho de Nicolo D’Antino y Manu García, más las de Miguel Martínez, Henrique Petter y Alejandro Pisonero fueron un lastre para los hombres de David Pisonero que tuvieron que jugar muchos minutos con Dime Dimitrioski a mano cambiada en el extremo, y muy mermado también en primera línea.
A esto se unieron los errores y pérdidas que Cuenca no perdonó, y los fallos en lanzamientos ante Ante Grbabac también acertado en portería. Al Balonamano Atlético Valladolid le costó encontrar espacios con acciones combinativas y solo las individualidades salvaron a los vallisoletanos en ataque. También la defensa y las paradas de César Pérez evitaron un mayor desastre. La defensa del equipo local apretó incluso más y se convirtió en un muro casi insalvable para los vallisoletanos por todas estas circunstancias. El 14-8 del descanso dejó claro lo que se estaba viendo en la pista.
La segunda parte siguió el mismo guion y los visitantes fueron ampliando su desventaja, hasta incluso alcanzar los 9 goles en contra. A partir de ahí, el partido se volvió un poco más loco, lo que benefició a un Atlético Valladolid que buscaba remontar. El Atlético Valladolid mejoró en ataque, con más goles anotados, y las paradas de Yerai Lamariano ayudaron un poco a los gladiadores azules para recuperar el aliento (21-14). No fue suficiente el esfuerzo vallisoletano y Rebi Cuenca alcanzó pronto los 10 goles de ventaja y el choque ya perdió intensidad y emoción para confirmar la derrota del Balonmano Atlético Valladolid en un partido muy marcado por las bajas y la falta de fluidez ofensiva y el marcador final de 31-20.