Castilla y León deja atrás un verano con temperaturas extraordinariamente altas y registros históricos

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunidad Autónoma, Manuel Mora, han presentaron hoy los datos de la predicción meteorológica para el otoño, y el balance climático e hídrico del verano de 2022, coincidiendo con el cambio de estación, que se produce el próximo viernes 23 de septiembre a las 03.04 horas.

Virginia Barcones ha destacado la importancia del trabajo de la AEMET «cuyas predicciones son tan importantes en la vida cotidiana y que son el resultado de un trabajo bien hecho por muchas personas y muchos medios materiales». «Lo hemos podido comprobar durante los pavorosos incendios forestales que hemos sufrido este verano en Castilla y León, también en Burgos. Los boletines zonales de la AEMET siempre han sido fiables y certeros y son herramienta para la toma de decisiones sobre cómo acometer la extinción de las llamas», ha destacado la delegada del Gobierno.

Barcones ha indicado que «el verano que dejamos atrás en Castilla y León se ha caracterizado por unas temperaturas extraordinariamente altas, que han superado muchos registros históricos, tanto en valores diarios como mensuales y, de manera global, se posiciona como el verano más cálido desde que se dispone de información». «Se han batido récords en cuanto a temperaturas y ha sido un verano con muy pocas precipitaciones y, por ende, poca humedad ambiental. Ha habido rachas de viento fuertes y muy cambiantes y también se han registrado un número inusual de días de tormenta, aunque el número de rayos ha sido inferior al de otros años», ha desglosado la delegada.

«Los valores registrados de temperaturas medias en el trimestre junio-agosto del 2022 son de carácter extraordinariamente superior a lo normal en la mayor parte de la Comunidad». «Sólo en zonas del Noreste el balance llega a quedarse en muy cálido. La temperatura media, a nivel global, se ha situado en 2,3 grados centígrados por encima de su promedio lo que hace de este periodo el más cálido desde que disponemos de registros», ha relatado Virginia Barcones.

Igualmente ha indicado que «tanto los valores diurnos como los nocturnos son efemérides del trimestre, pero son más relevantes los que corresponden a las temperaturas máximas con una anomalía positiva de 2,9 grados centígrados». Estas temperaturas máximas estuvieron muy cerca de los 40 grados de media en Castilla y León entre el 13 y el 20 de julio, días en los que las mínimas se acercaron y llegaron a superar de media los 20 grados.

Las medias de las temperaturas entre 1981 y 2010 en la Comunidad Autónoma fueron de 20,1 grados centígrados mientras que este año ha sido de 22,9. En Burgos, la media de las tres décadas señaladas fue de 18,5 grados cuando este año ha sido de 20,9. Esta provincia ha registrado, junto con Salamanca, la menor diferencia de temperaturas en la comparativa siendo Ávila y Soria donde más subieron.

Los 20,9 grados de media registrados entre junio y agosto en Burgos es el segundo máximo desde que hay registros puesto que el verano de 2003 fue todavía más caluroso: 21,8 grados. Es la única provincia de Castilla y León que no ha batido su récord de temperaturas.

La temperatura más alta registrada en la Comunidad fue de 45,4 grados centígrados el día 14 de Julio en Candeleda (Ávila) y la mínima más alta corresponde a Otero de Herreros (Segovia) con un valor de 28,0 grados centígrados en la madrugada del día 17 de julio. En Burgos, el día más caluroso en el observatorio de Burgos/Villafría fue el 18 de julio: 38,7 grados centígrados. El mes de julio de 2022 es, con carácter global, el más cálido de toda la serie histórica, seguido por el mes de agosto de este año y el de agosto de 2003.

A nivel pluviométrico, la delegada del Gobierno ha informado hoy que “el balance es negativo, aunque con diferencias entre el noroeste, donde ha sido normal, y el sureste, donde ha sido muy seco e incluso, en zonas del sureste de Ávila, extremadamente seco”. En general el periodo es muy seco, con una precipitación media de 47 l/m², lo que supone un déficit pluviométrico en torno al 40%. La mayor parte de las precipitaciones se registraron en los meses de junio y agosto. Además, algunas de las precipitaciones de este trimestre se han registrado de manera intensa, con tormenta, y, ocasionalmente, acompañadas de granizo y con rachas máximas de viento de carácter fuerte.

«Si en Castilla y León las precipitaciones acumuladas de media en verano entre 1981 y 2010 han sido de 71 litros por metro cuadrado, en 2022 han sido de 38. En Burgos, en las tres décadas que marcamos como referencia las lluvias alcanzaron los 87 litros por metro cuadrado mientras que en 2022 han sido 30, es decir, 57 litros por metro cuadrado menos», destacó Barcones.

Por su parte, el delegado territorial de AEMET, Manuel Mora, ha avanzado que lo más probable es que el otoño en Castilla y León sea cálido y seco. Además, ha indicado que «a partir de este viernes un frente frío atravesará la Comunidad, con precipitaciones menos probables en el suroeste. Tras el paso del frente se producirá un abajada notable de temperaturas con flujo del norte».