La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha presidido en la mañana de este martes en Valladolid los actos centrales del Día de la Policía Nacional y ha alabado el trabajo del Gobierno para que la Policía sea «uno de los cuerpos de seguridad más modernos de Europa». Así lo ha anunciado en el Día de la Policía que se celebra en torno a los patronos del Cuerpo, los Santos Ángeles Custodios y que ha tenido lugar en la Feria de Muestras de Valladolid.
En este acto ha estado acompañada por el jefe superior de Policía en Castilla y León, Juan José Campesino, por la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, y por el jefe provincial de Valladolid, Fran Oterino, entre otras autoridades civiles, judiciales, militares, religiosas y universitarias. Barcones ha señalado que este Gobierno de España concibe un «modelo de seguridad integral que debe permitirnos dar respuesta a los desafíos que, en cada momento, nos plantea un entorno cada día más globalizado e hiperconectado, que se mueve a velocidad de vértigo y que propicia una delincuencia que persigue ir siempre un paso por delante de las fuerzas de seguridad».
Barcones añadido que, aunque «exige un ímprobo esfuerzo, no podemos conformarnos con los éxitos del pasado y debemos mirar constantemente hacia el futuro para que los nuevos delitos y sus autores no nos tomen la delantera». Desde el Gobierno, durante estos cuatro años, se han puesto los cimientos de la Policía Nacional del futuro, que tiene que contar con efectivos suficientes. Entre 2012 y 2017 se perdieron casi 900 agentes de la Policía y de la Guardia Civil en nuestra comunidad autónoma. El pasado mes de julio, se volvió a superar la barrera de los 10.000, algo que no ocurría desde 2011. En el caso de la Policía Nacional, el hito eran los 3.000 agentes y ya se vuelve a superar esa cifra en las comisarías de Castilla y León. En Valladolid, son 821.
En su alocución, la delegada del Gobierno ha indicado que la Policía Nacional del futuro tiene que «contar también con infraestructuras dignas y modernas que faciliten su labor. En esta comunidad autónoma hay programadas actuaciones desde 2019 por más de 100 millones de euros para construir nuevas dependencias para nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado o modernizar las ya existentes». Para conseguir con «esa Policía Nacional del futuro» se está llevando a cabo un proceso de transformación digital impulsado por el Ministerio del Interior. El camino es la innovación y el aprovechamiento del potencial que nos brindan las nuevas tecnologías, sumados a la formación y preparación.
Barcones ha querido poner también el acento en la formación y ha indicado que «es un orgullo poder presumir en Castilla y León del Centro Universitario de Formación que se acaba de poner en marcha en torno a la Escuela Nacional de Policía de España, con sede en Ávila. La creación de este centro abre una nueva etapa en el sistema educativo de la Policía y culmina la constante búsqueda de un adiestramiento especializado y de excelencia».
La representante del Gobierno de España en Castilla y León ha señalado que «la misión que impulsa e inspira a la Policía Nacional es proteger a la ciudadanía, permitir que los habitantes de nuestras ciudades se sientan seguros y seguras y puedan ejercer así sus derechos y libertades en paz y con plena seguridad». En Castilla y León se cometen 35,2 infracciones penales por cada mil habitantes cuando la media nacional se sitúa en 46,2 y eso que España es uno de los países más seguros del mundo. Para Barcones, «no es por casualidad. Es por la profesionalidad y eficacia de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Por vuestro compromiso y vocación de servicio. Por vuestra capacidad de sacrificio y entrega. No en vano sois una de las instituciones del Estado mejor valorada por los españoles y españolas».
Por su parte, la delegada del Gobierno ha pedido a la Policía especial celo para proteger a los seres humanos más vulnerables. En Castilla y León, las personas de avanzada edad, los niños y las mujeres necesitan un amparo especial. Y ha añadido que «bien nos pesa en la memoria los execrables asesinatos de tres mujeres que han dejado de existir este año en nuestra tierra porque sus parejas decidieron que eran objetos de su propiedad y que no debían seguir viviendo si no era con ellos. Diolimar, en Soria. Eva María, en Valladolid. Y Raquel, en Palencia».
En esta línea, Barcones ha dicho que «la violencia de género es un estigma social que nos avergüenza como seres humanos. Negarla no hace sino blanquear la barbarie, el terror ejercido por un hombre contra una mujer por el hecho de ser mujer, por el imperio de la fuerza bruta, por la sinrazón de un modelo cultural y social que todavía campa a sus anchas y encuentra amparo en declaraciones públicas sin sentido».