Cascajares volverá a funcionar en un obrador alquilado en La Cistérniga tras el grave incendio de su planta en Palencia

La empresa agroalimentaria Cascajares reactivará sus labores en los próximos días con un obrador improvisado en la provincia de Valladolid, tras el grave incendio que calcinó su planta principal en Dueñas. La dirección de la fábrica palentina ha alquilado un obrador en la localidad vallisoletana de La Cistérniga, que junto al trabajo en sus oficinas asentadas en Villanubla, permitirá recuperar su actividad pausada, fatídicamente, por el fuego el pasado 26 de enero.

Cascajares, famosa por sus capones navideños, está intentado volver a la normalidad lo antes posible, aunque sea con oficinas provisionales, y ha decidido retomar su producción en una nave de 400 metros alquilada por un empresario local de La Cistérniga. Según ha podido saber este periódico, la empresa volverá a arrancar con la producción que no requiera una excesiva mecanización. A pesar de encontrar unas instalaciones, la entidad sigue a la espera del visto bueno de la Junta de Castilla y León para las licencias y permisos pertinentes.

En relación a los ERTE, la dirección apunta que todavía no se han producido avances, en el que entrarían 40 de los casi 70 empleados hasta recuperar paulatinamente la producción habitual. Por el momento, tampoco existen novedades de la nueva fábrica, dado que los peritos finalizaron su labor y realizaron los informes correspondientes al origen del incendio, aunque los datos tendrán que ser revisados por la Guardia Civil.

El fuego que arrasó con la fábrica de Cascajares en Dueñas se produjo en la madrugada del pasado 26 de enero a las 03.12 horas cuando el Servicio de Emergencias 112 recibió una llamada alertando de un incendio en un motor que se encontraba fuera de la fábrica pero dentro del recinto de la empresa. A pesar de la intervención de los Bomberos, las llamas calcinaron por completo las dos naves y solo afectaron a daños materiales, ya que el equipo que estaba trabajando a esa hora pudo abandonar las instalaciones sin que nadie resultase herido.