Acribillados desde el triple

El Real Valladolid Baloncesto no pudo darle una alegría a su afición en su vuelta a Pisuerga 40 días después. Los blanquivioleta cayeron con claridad ante un CB Prat inspirado desde la larga distancia (13/23 en triples) que castigó todos los conatos de remontada de un cuadro, el vallisoletano, falto de gasolina y de piernas.

En la vuelta del Real Valladolid Baloncesto a Pisuerga, Roberto González varió el quinteto inicial con respecto a las últimas jornadas y la receta no pudo salirle mejor. A pesar de que los compases iniciales fueron un intercambio de golpes entre los dos equipos, Pantzar y Geks, novedades en el ‘cinco, lideraron la anotación blanquivioleta. En un partido rápido y bonito, con castellanos y catalanes inspirados de cara al aro, los ocho puntos de sueco y nueve del letón, con tres triples, permitieron a los locales mandar 21-18 tras el acto inaugural.

Alec Wintering había puesto otros cuatro puntos y al tridente del Real Valladolid Baloncesto se le sumó Justin Raffington con otros cuatro que significaban máxima (25-18) y obligaban a Josep Maria Berrocal a solicitar el primer tiempo muerto de la contienda. La reacción visitante fue fulminante.

Un parcial de 2-10 encomendó a su homólogo, Roberto González, a pedir una tregua y tratar de revertir la dinámica, pero el Real Valladolid Baloncesto no logró dar la vuelta al marcador. La inercia pratense continuó en línea ascendente y terminó con una diferencia de 6-21 (31-39) que llevaban al segundo tiempo muerto pucelano. A pesar de la falta de frescura propia de la acumulación de partidos, los blanquivioleta se levantaron y llegaron al descanso con una desventaja asumible (35-41).

Al término de la primera parte, las nueve pérdidas suponían una losa para los vallisoletanos, que se vieron superados en el segundo periodo. El Real Valladolid Baloncesto, tras el paso por vestuarios, optó por darle una vuelta de tuerca a la defensa, pero CB Prat seguía tocado por una varita desde la larga distancia. Una zona 2-3 de los blanquivioleta sorprendió al cuadro catalán y los locales se pusieron 45-52, pero, como a lo largo de toda la contienda, los visitantes encontraron soluciones desde el triple. Cada buena defensa era castigada por una acción de tres puntos. Una y otra vez, como una losa, ante un Pucela Basket justo de piernas y al que le costaba cubrir todo el rango de tiro. Manteniendo rentas cercanas a los diez puntos en todo momento, los vallisoletanos alcanzaron el último periodo más de diez puntos abajo (57-68).

Los blanquivioleta no querían rendirse ante su público, pero la realidad, cruda realidad, era que a los locales les faltaba gasolina y los visitantes volaban y estaban de dulce. La diferencia de inercias se acrecentó con un parcial de 0-9 en minuto y medio que puso veinte puntos de diferencia entre ambos conjuntos (57-77). Tocados, pero no hundidos, los pucelanos entendieron la arenga de Roberto González y regresaron tras el tiempo muerto con un triple de Kuiper que podía meter miedo a los potablava.

Un parcial de 7-0 llevó a Josep Maria Berrocal a parar la contienda, pero los pratenses, cono no podía ser de otra manera, dieron otro mazazo desde el perímetro. Tres triples consecutivos con la firma de Parrado (26 puntos) y Kraag (23), por partida doble, sentenciaron a falta de tres minutos un encuentro que concluyó. El sábado, ante el Palmer Alma Mediterránea, en Pisuerga y a las 19.00 horas, el Real Valladolid disputará en Pisuerga su cuarto partido en 12 días.