Comienzan los preparativos de la conmemoración «única» por el V centenario del nacimiento de Felipe II en Valladolid. La organización de los actos y celebraciones en torno a este acontecimiento histórico que tendrá lugar el 21 de mayo de 2027 será compartida por la Diputación y el Ayuntamiento de Valladolid. Así lo refleja el convenio que han firmado en la tarde de este jueves en el Palacio de Pimentel, lugar de nacimiento del monarca en el siglo XVI, el presidente de la institución provincial, Conrado Íscar, y el alcalde de la ciudad del Pisuerga, Jesús Julio Carnero. Ambas autoridades han rubricado el que será el Protocolo de Colaboración para la Organización y Celebración conjunta de los Actos Conmemorativos por los 500 años del nacimiento de Felipe II, conocido como ‘El Prudente’.
Tanto Conrado Íscar como Jesús Julio Carnero han destacado, en primer lugar, la «unión» de ambas instituciones para conmemorar esta efeméride, del nacimiento de Felipe II, por lo que su figura representa no solo en la historia de España, sino especialmente en la historia de Valladolid, tanto en la capital como en la provincia. Así, el presidente de la Diputación de Valladolid ha señalado que «Felipe II no solo fue el monarca que consolidó el imperio más extenso de su tiempo, sino también un símbolo de la transformación política, cultural y religiosa de Europa. Por ello, este aniversario nos invita a redescubrir su figura desde múltiples perspectivas, como gobernante, promotor del arte y defensor de la fe, entre otras». En este sentido, Conrado Íscar ha señalado que «este Centenario nos brinda la extraordinaria posibilidad de reivindicar la importancia y el gran protagonismo que en su día tuvo la provincia de Valladolid y así poner en valor algo, que creo tiene mucho recorrido, la riqueza patrimonial, histórica y cultural de Valladolid, haciendo de esta provincia un lugar de interés para amantes de la cultura, la historia y el arte».
Asimismo, el presidente provincial ha recordado que aunque el protocolo se haya firmado hoy, ya existe un trabajo previo que permite avanzar en los actos conmemorativos, en los que también participarán las universidades vallisoletanas. «Por supuesto, ya se nos ha comunicado que también estará presente en esa comisión organizadora la Junta de Castilla y León, a través de su Dirección de Políticas Culturales. Y ya se han mantenido encuentros con un amplio abanico de expertos que nos han aportado ideas sobre los proyectos que se pueden llevar a cabo». A ello se ha referido también de manera especial el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, quien ha recordado que «Felipe II favoreció el desarrollo de universidades como la de Valladolid, una de las más antiguas de España, fortaleciendo su papel como centro del saber y la formación de élites burocráticas y eclesiásticas. Fundada en el siglo XIII, durante el siglo XVI, la Universidad de Valladolid se consolidó como uno de los principales centros universitarios del reino, especialmente en los estudios de derecho y teología«.
El alcalde ha indicado que «hablamos de una figura esencial para comprender la evolución de nuestra ciudad. Aunque Valladolid no fue capital permanente durante el reinado de Felipe II, la ciudad que lo vio nacer tuvo un impulso de manera indirecta de su centralismo administrativo, su política de fortalecimiento institucional y su sensibilidad hacia los espacios urbanos con tradición regia y hacia los vallisoletanos. Todo ello contribuyó a reforzar el papel de Valladolid como centro neurálgico en la articulación de Castilla durante el siglo XVI, y a impulsar las bases institucionales, culturales y urbanas de lo que ha sido el devenir y la historia de nuestra ciudad en siglos posteriores». Por ello, la ciudad y también la provincia se vaN a volcar realizar una conmemoración «única» para ensalzar la figura de Felipe II, por su «profunda y multidimensional» aportación a esta tierra. Carnero ha concluido que «su huella tiene un claro reflejo histórico y sociocultural en nuestra época actual, con especial trascendencia en el plano patrimonial y turístico«. El objetivo del Protocolo persigue establecer un marco general de colaboración entre las instituciones, generar sinergias y proyectar la figura histórica de Felipe II en su dimensión política, cultural, artística, arquitectónica y social.
Para ello, se establece el compromiso de crear, de manera conjunta, un grupo de trabajo formado con carácter paritario, con el fin de impulsar y coordinar el conjunto de actividades que se lleven a cabo por las entidades participantes en relación con esta efeméride. Asimismo, Diputación y Ayuntamiento se comprometen a colaborar activamente en el diseño, ejecución y difusión de las actividades conmemorativas. Cada entidad podrá aportar recursos humanos, técnicos, económicos o materiales. Estas contribuciones se canalizarán hacia las actividades del programa general o hacia iniciativas concretas acordadas. Las responsabilidades específicas de cada institución se definirán en convenios adicionales según la naturaleza de su participación. Por su parte, el doctor en Historia y coordinador del protocolo, Igor Sosa, ha explicado que «los preparativos están una fase preliminar», pero que «la idea central es intentar acercar a los ciudadanos la figura de Felipe II lo que era la vida en el siglo XVI, ya que fue una etapa de grandes transformaciones y la primera globalización del mundo». Precisamente, «Felipe II está en el centro de todo eso», ha señalado el doctor en Historia.
«A través de actuaciones en la ciudad y provincia, la ciudadanía podrá saber lo que significaba nacer en el siglo XVI, dar a luz en esa época como lo hizo la madre de Felipe II en el mismo Palacio Pimentel que hoy conocemos en Valladolid, y cómo era la infancia en ese momento», ha detallado Sosa. La vigencia del protocolo suscrito hoy será hasta el 31 de diciembre de 2027, fecha en la que se dará por finalizado el programa conmemorativo, salvo prórroga acordada entre las partes. Asimismo, el protocolo está abierto a todas aquellas instituciones públicas o privadas, del ámbito académico, cultural, educativo, turístico o científico, que compartan el objetivo de la conmemoración.